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INTERVENCIÓN MILITAR EN LIBIA

El ataque aliado alimenta la espiral de muertes en Libia

Por segundo día consecutivo, las tropas aliadas, encabezadas por EEUU, Estado francés y Gran Bretaña, lanzaron ataques contra supuestos objetivos militares de Gadafi. Sin embargo, su intervención no ha hecho más que aumentar la espiral de violencia contra los civiles, tanto que la Liga Árabe les recordó que habían llegado para proteger a los civiles y no para bombardearlos. Desde Washington se admitió que todo podría concluir con Gadafi en el poder.

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Mientras las fuerzas estadounidenses y europeas atacaban con aviones y misiles crucero los puestos de defensa del líder libio Muamar al-Gadafi, crecían las grietas en el muro aliado y aparecieron las primeras reticencias en relación a la operación militar contra Libia.

Una de las primeras voces discordantes fue la de la Liga Árabe, cuyo secretario general, Amr Musa, aseguró que «la protección de civiles no necesita de una operación militar».

«Lo que pasó en Libia es diferente del objetivo de imponer una zona de exclusión aérea, lo que queremos es proteger a los civiles y no bombardear a más civiles», dijo Musa, citado por la agencia Efe, en una rueda de prensa conjunta con el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, en la sede de la Liga Árabe en El Cairo.

Según Musa, la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU hablaba de la prohibición expresa de cualquier invasión u ocupación terrestre.

El respaldo árabe a la zona de exclusión aérea brindó un impulso crucial a la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad la pasada semana, que allanó el camino para la acción de Occidente destinada, al menos en teoría, a detener la matanza de civiles por parte de Gadafi, que pugna por mantenerse en el poder, en sus manos desde hace cuatro décadas.

La intervención es la mayor en contra de una nación árabe desde la invasión de EEUU a Irak en 2003. Una eventual retirada del apoyo de la Liga Árabe podría dificultar mucho más una campaña que según muchos analistas citados por Reuters es complicada y podría tener un final abierto.

Además, Musa señaló que ha pedido informes completos de lo que está sucediendo en Libia.

Y no es para menos, ya durante toda la jornada de ayer se sucedieron las escaramuzas por parte de ambos bandos, en un incesante chaparrón de noticias confusas sobre civiles muertos en ciudades como Trípoli, Bengasi o Misrata.

Según el recuento no oficial realizado por la cadena TeleSur, al menos 90 civiles han muerto y otras 200 han resultado heridos a causa de los bombardeos que encabezan EEUU, el Estado francés y Gran Bretaña.

El enviado de TeleSur a Libia, Jordán Rodríguez, informó de que en un hospital libio una «bomba cayó y le quitó la vida a 25 pacientes, pero esta información está por confirmarse».

Futuro incierto

Además, cada vez están menos claros los motivos que pusieron en marcha la intervención aliada. Y es que, en una primera valoración, Estados Unidos celebró ayer el éxito de la operación que se ha dado en llamar como «Odisea del amanecer», que ha conseguido establecer una zona de exclusión aérea en el país, aunque admitió que Muamar al-Gadafi podría permanecer en el poder.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mike Mullen, señaló que la operación inicial fue «muy efectiva» al destruir la mayor parte de las defensas antiaéreas del régimen libio y algunas bases aéreas.

Además, apuntó que las fuerzas aliadas han establecido patrullas de combate aéreo sobre Bengasi, lo que ha permitido, dijo, que las tropas leales a Gadafi ya no estén marchando sobre el bastión opositor en la zona oriental del país, informó Efe.

Aun así, Mullen afirmó que «queda mucho por hacer» y aseguró que la campaña podría concluir con Gadafi en el poder.

«Ese es ciertamente, potencialmente, un posible resultado», explicó el almirante, quien señaló que «con el tiempo, claramente, el coronel Gadafi tendrá que tomar algunas decisiones. Tendrá que hacer algunas elecciones sobre su futuro».

A última hora de la tarde de ayer, el Ejército libio informó en rueda de prensa de que se había ordenado un alto el fuego a todas las unidades.

Alto el fuego

Esta medida fue adoptada, explicó, teniendo en cuenta «las muertes de civiles» y «la destrucción de edificios civiles y militares», según recoge la BBC.

Se trata del segundo alto el fuego declarado por el régimen de Muamar al-Gadafi desde la aprobación de la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Este anuncio contrastaba con el discurso grandilocuente que, como cabía esperar, pronunció el líder libio horas antes. En su segunda intervención en menos de 24 horas, prometió una «guerra de larga duración» y anunció que los depósitos de armas están a partir de ahora abiertos a sus partidarios para «defender Libia y proteger su petróleo».

El Ministerio de Defensa anució que prepara un operativo para armar «a más de un millón» de libios para defender a la nación norteafricana de los embates por parte de las potencias de Occidente.

Ciudadanos de Lampedusa impiden la entrada de inmigrantes en la isla

La isla de Lampedusa, considerada como la puerta de entrada a Italia para los indocumentados del norte de África, vive momentos de tensión, después de que ayer cientos de vecinos volvieran a negarse a recibir más inmigrantes, que ya alcanzan los 4.000, cuando su capacidad de acogida es para poco más de 800.

La llegada de dos barcazas de inmigrantes llevó a cientos de ciudadanos de Lampedusa a impedir que los indocumentados, que llegaron empapados por la lluvia, traspasaran el embarcadero.

La tensión, que según medios italianos, aumentó especialmente cuando los habitantes de la isla supieron ayer que una nave con tiendas de campaña se disponía a desembarcar su carga en Puerto Empedocle para levantar un nuevo campamento.

Tras varias horas de tensión debido al centenar de personas que se congregó en el muelle donde debía llegar la embarcación procedente de Sicilia, el barco consiguió atracar, aunque tuvo problemas para desembarcar los materiales.

Según el alcalde de Lampedusa, Dino de Rubesi, los habitantes rechazan que se monte un campamento para albargar a los inmigrantes y exigen que sean transferidos cuanto antes a otros puntos de Italia, informó Efe.

«El Gobierno no respeta a la población y está poniendo en serio peligro a todos los ciudadanos de Lampedusa, que han demostrado una capacidad de acogida extraordinaria, mientras el resto de Italia demuestra que no quiere ni a un solo inmigrante», sostuvo el primer edil.

Hizo un llamamiento al presidente italiano, Giorgio Napolitano, para que medie en la situación. «La actitud del Estado es vergonzosa. Italia está consintiendo que estos miles de inmigrantes sean tratados como bestias obligándoles a dormir bajo el agua. Toda Italia debería avergonzarse», añadió, según Efe.

La situación de ayer no es nueva para los isleños, ya que el pasado viernesun grupo de ciudadanos impidió durante horas que pudieran atracar varias embarcaciones de las autoridades italianas que transportaban a inmigrantes rescatados en alta mar.

Además, existe la posibilidad de que esta crisis se agrave, ya que el líder libio Muamar al-Gadafi ha amenazado en numerosas ocasiones con dejar de aplicar sus políticas migratorias, lo que provocaría un caos migratorio, ya que Italia sería incapaz de gestionar semejante flujo de llegada de indocumentados. GARA

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