Belén MARTÍNEZ Analista Social
FS: cuestión de principios
Asegura Fernando Savater (FS) que gracias al terrorismo se ha «divertido mucho». «No solamente no estoy enojado, sino al contrario. Casi lo agradezco porque me han dado 15 o 20 años más de juventud». Sus palabras y risas insípidas convierten ese momento en una bufonada. El filósofo fetiche de la lucha contra ETA acaba de socavar el hábitat de los aforados de Ermua & cía.
La verdad es revolucionaria también en tiempos de incertidumbre, donde reina la tentación de criminalizar hasta la duda. Gracias por liquidar su propio mundo como voluntad y representación. Gracias por desvelarnos su credo, por restituir al discurso del ¡bastaya! sus ocultas virtudes y bondades, algo que hemos largamente ignorado.
Algo ha cambiado para quien un día ejerce de ilota y otro de espartano. Pero que no se preocupe el pensador de la razón súbita. Él y sólo él seguirá encarnando el ideal hipostasiado del intelectual de la España como dogma.
Savater se ha mostrado tal cual es: un impostor poco convincente para el que lo relevante es parecer una cosa siendo otra muy distinta. Y es que, sin ETA, se tendría que dedicar a hacer aportes a la filosofía. ¡Cualquiera diría que tendría que arrancarse los ojos para meditar, como Demócrito de Abdera! Al parecer, la teoría, la praxis y la poiesis no le resultan lo suficientemente lúdicas (y son menos lucrativas). Así las cosas, se consagra a «luchar contra el terror», algo que le ha «gustado mucho más». Me lo imagino como un gamer disfrutando con sus jueguecitos de `guerra'. Savater ontologizado por Savater. A todo esto yo le llamo el triunfo de la mediocridad sobre la razón dialógica.