«Quieren traer al mismo coste los tornillos de Ucrania que de Eibar»
El sector del transporte por carretera en Hego Euskal Herria atraviesa una situación «gravísima», a juicio de la portavoz del sindicato Hiru. A los problemas de la crisis económica se une el incremento del gasóleo. Los transportistas vascos afirman que las administraciones públicas han dejado al sector en manos de las multinacionales, poniendo en «grave peligro» el futuro del mismo.
Juanjo BASTERRA
¿Por qué está tan complicado el futuro del sector del transporte autónomo en Euskal Herria?
La situación ha ido a peor. En el sindical, se ha mejorado aquí; pero la vida diaria del transportista autónomo cada vez va a peor. Básicamente porque la precariedad es cada vez mayor, porque la competencia es mayor, y en este sector sólo se compite en base a bajar precios y a reducir las condiciones laborales de los chóferes o de los autónomos. Intentar que un sector como el transporte sea competitivo sólo en base a rebajar costes sociales y el precio de las tarifas es llevarlo al suicidio. Cuando se liberalizó nos dijeron que nos buscáramos la vida, que compi- tiéramos y nos comiéramos entre nosotros. Así quién saca el sector adelante.
¿Hay una reestructuración en el sector ?
Estamos sufriendo una reconversión salvaje. Es evidente. Va a acabar con el transportista autónomo. Se está construyendo un sector en base a los intereses de las grandes compañías logísticas y los grandes cargadores. En base a esos intereses se terminará con los autónomos.
¿La Administración pública ha cedido en este tema a favor de los poderosos?
Está clarísimo. A la Administración le interesa tener un transporte barato, porque es fundamental. Cuando no se aportan otras alternativas al transporte por carretera, como puede ser el ferrocarril que se ha abandonado desde hace años para hacer un transporte más sostenible, se ha apostado por la carretera, porque es muchísimo más barato. Para mover mercancías de aquí para allá necesitas un transporte barato, porque si los tornillos que se hacían en Eibar ahora se hacen en Ucrania, quieres traerlos al mismo costo de Eibar, necesitas que el transportista cobre lo menos posible.
¿Se trae más barato?
Sí. En el transporte se ahorra muchísimo. Se fabrica lejos, pero es más barato el desplazamiento por carretera. Si en el transporte se tarifara todo, sería imposible llevar adelante la deslocalización. En base a esos bajos precios se traslada y se globaliza la producción.
¿Cómo se encuentran los transportistas ante esa dura situación que atraviesan por la crisis y el aumento del combustible?
Desde 2008 no ha habido remodelación de flotas. No hay un sólo transportista que haya comprado un camión. Están aguantando con «pencos», porque no da más, porque no hay dinero.
Antes del año 2008 muchos renovaron flota, cambiaron y pusieron más camiones. Pero ese año comenzó la crisis en el transporte con la subida del gasóleo en junio. A partir de ahí se hizo cuesta arriba, pero nuestra gente tenía hucha y había guardado.
Han tirado los ahorros, pero se ha terminado. Ya no hay ni renovación de flotas, ni nada de nada. Aquel que quiere renovar o ampliar se encuentra con la imposibilidad manifiesta de obtener un crédito. Las entidades financieras han cerrado el grifo totalmente y el nivel de exigencia para con los avales que los transportistas tienen y necesitan es muy alto.
Se ha cortado la financiación y eso que cobramos a 120 días. Todo esto supone una sangría. Cuando entra la crisis, los cargadores -la patronal- nos dijeron que hay que apretarse el cinturón y nos bajaron las tarifas, aduciendo que estaban pasándolo mal. Nosotros también.
¿Qué se puede hacer?
A los cargadores, que apliquen la cláusula de revisión automática en función del gasóleo, que en 2008 se aplicó en muchos sitios, muchos compañeros la han mantenido aunque no en el porcentaje inicial. A las administraciones les exigimos que apliquen las leyes que prohíben el dumping. En este momento hay un sector completo en Euskal Herria que trabaja en esa situación porque no cubre los costes. Hay legislación suficiente para terminar con esta situación, pero no se quiere.
¿Por qué?
El transporte debe estar al servicio de la sociedad, no de cuatro multinacionales importantes que hoy tienen el negocio en este sector, pero mañana pueden estar haciendo molinos eólicos. Tenemos que tener una red de transporte propia para poder gestionarla como a este país le interese, no en base a intereses multinacionales.
¿Las administraciones no entienden al sector?
Las administraciones ni entienden ni quieren entender, lo único que hacen es cerrar los ojos y no ver. Es una decisión muy peligrosa. Vamos hacer esfuerzo confrontando y defendiendo las garantías para el sector. El transportista autónomo tiene obligación de ir a su cargador y negociar con él. Es cierto que tenemos esa capacidad muy mermada y hay mucho miedo en el sector, porque siempre hay alguien dispuesto a hacerlo más barato.
¿Piensan en la huelga?
La huelga es una medida, no se descarta. No vamos a ir a hacer pantomimas, como parece que se quiere hacer con el paro estatal, para que luego vaya la patronal del transporte a firmar acuerdos para lograr mayores ventajas fiscales para ellos y luego dejar al sector bajo sus intereses. La situación es gravísima. Hay que valorar cómo está la gente para forzar el acuerdo.