Después de 220 años de existencia de la institución departamental, ¿podrá la izquierda hacerse, por fin, con las riendas del Consejo de Pau? Es la gran incógnita a la que, si no se tiene una bola mágica que prediga el futuro, nadie se atreve a aportar una respuesta categórica. Y es que el panorama que ha dejado la primera vuelta de las elecciones cantonales no está nada claro.

En el caso de los nueve cantones vascos en los que se repetirán los comicios el próximo domingo (en Hazparne ya resultó elegido consejero el centrista Beñat Inchauspe), la interrogante de si será la izquierda o la derecha quien gane se plantea en cinco de ellos. El PS está en riesgo de perder el escaño correspondiente a Angelu-norte y quizás también el de los cantones de Baiona-este y de Donibane Garazi pero, por contra, podría ganar el de Baiona-oeste y el de Atharratze,donde la liza será muy apretada.

No obstante, habrá que tener en cuenta también lo que ocurra en los cantones bearneses; tres de ellos tienen posibilidades de pasar a la izquierda, si bien la derecha podría arrebatar el de Pau-oeste.

Tampoco es descartable que se vuelva a dar la casuística de 2008, cuando se produjo un empate a 26 al elegir a la persona que debía presidir el Consejo General, cargo que finalmente recayó en Jean Castaings, consejero UMP de Bastida, por ser el de más edad.

La enorme abstención registrada el domingo se convierte en otro obstáculo para los pronósticos y, además, el gran número de candidatos ha dispersado el voto en muchos cantones.

De hecho, el de la abstención es un factor que todos los pretendientes al escaño departamental han calificado como muy negativo salvo, por supuesto, en Iholdi, Atharratze, Donibane Garazi y Hazparne, donde, a diferencia de la costa (en Baiona más del 60% no se pronunciaron), el electorado no se quedó en casa.

La única triangular posible en los cantones vascos se daría en Donibane Garazi. Dependerá de lo que haya resuelto la coalición EHBai, que se reunía anoche para decidirlo. En caso de hacerlo, Dominique Bacho y Daniel Olzomendi (Iholdi) serían los únicos candidatos abertzales presentes en la segunda ronda.

Los partidos apurarán hoy las últimas horas en negociaciones antes de presentar sus candidatos, como muy tarde, a las 18.00. Ya desde ayer, hubo quién decidió no dar consigna de voto alguna. Entre ellos, el alcalde de Bastida, que por escasos 18 votos no podrá concurrir de nuevo frente a Castaings.

Los seguidores del concejal bayonés Yves Ugalde (centro-derecha) en los cantones de la capital labortana tampoco desistirán a favor de nadie.

Los ecologistas ya han dicho que hay que priorizar que la izquierda sea mayoritaria en Pau, si bien mantienen su apoyo al abertzale Olzomendi en Iholdi, al igual que el PS.

El Frente de Izquierda (FG) negociaba ayer apoyos mutuos con el PS y se especulaba sobre la posibilidad de que este último «sacrifique» su candidato de Baiona-norte a favor de Marie-José Espiaube (FG) a cambio de apoyos en varios cantones bearneses.

Los candidatos de UMP y los de Forces 64 esperan recabar parte del voto del Frente Nacional, que ha conseguido apoyos nada desdeñables en los tres cantones donde se ha presentado y que no ha dicho «esta boca es mía». Las dos tendencias desistirán mutuamente a favor de los candidatos con mejores posibilidades para conquistar el escaño del Consejo General.

Y es que el carácter del reto del próximo domingo cambia sustancialmente en esta segunda vuelta. Ya no serán los intereses municipales los que primen, sino el interés departamental.