Los resultados obtenidos por la Unión Cristianodemócrata (CDU) este pasado domingo en el estado federado germano de Sajonia-Anhalt dan un respiro a su presidenta y canciller Ángela Merkel, todavía traspuesta tras la aplastante derrota recibida hace un mes en la ciudad-estado de Hamburgo, cristianodemócrata desde hacía diez años. Según destacó la Oficina de Estadística de Sajonia-Anhalt, que cifró la participación electoral en un 51,2%, la CDU obtuvo un 32,5% de votos, seguida por Die Linke (La Izquierda), con un 23,7%, y el Partido Socialdemócrata (SPD), con un 21,5%.

Die Linke se convirtió así en la gran ganadora de la jornada, ya que fue el único grupo que logró mantenerse en votos cinco años después. De igual modo, los Verdes también están de buena nueva, que con un 3,8% de votos y claramente beneficiados por el debate nuclear desatado en Alemania tras la catástrofe de Japón, consiguieron retornar a la Cámara regional tras 13 años de ausencia. En contra, se quedarán sin representación tanto nacionaldemocratas (NPD) como liberales (FDP), que con un 4,6% y un 3,8%, respectivamente, no alcanzan los mínimos establecidos.

Todo apunta a que, según los resultados obtenidos, la coalición formada por cristianodemócratas y socialdemócratas compuesta hace cinco años tiene muchas posibilidades para que continúe. Así lo quiso sentenciar la misma Angela Merkel, quien «satisfecha» con el resultado alcanzado, advirtió a sus aliados contra «toda táctica dilatoria» a la hora de negociar cualquier tipo de coalición con algún otro partido. Una eventual alianza del SPD y Die Linke arrebataría el poder a la CDU, pero los socialdemócratas dejaron más o menos claro que no tienen intención de ahondar en esa alternativa. De seguir conformando la coalición, parece ser que el cristianodemócrata Rainer Haseloff asumirá la presidencia del Parlamento de Magdeburgo, tomando el relevo a su correligionario Wolfgang Böhmer, de 75 años.

Siguiente cita, Renania

Aunque los comicios del domingo han supuesto un bálsamo tranquilizante para la CDU, los miembros del partido tienen la vista puesta en la siguiente cita electoral, a menos de una semana. Se juegan, entre otras cosas, los asientos expuestos en los Parlamentos de Renania-Palatinado y Baden-Württemberg.

Si bien en Renania no se esperan sorpresas, ya que se supone la continuidad del Gobierno socialdemócrata, en Baden-Wüttemberg las previsiones apuntan a un declive de los de Merkel; un acuerdo entre socialdemócratas y Verdes puede acabar con décadas de poder de las fuerzas cristianodemócratas.

Precisamente, el debate nuclear que se está dando estas últimas semanas en Alemania ha avivado la campaña electoral. La moratoria aprobada por el Gobierno federal sobre la ley que prolonga la vida a las centrales atómicas afecta directamente a dos plantas de Baden-Wüttemberg. No supondría mayor problema, si no fuera porque su primer ministro, Stefan Mappus, ha sido hasta ahora un miembro destacado del lobby nuclear y se ha convertido «sospechosamente» en ferviente defensor de la naturaleza estas últimas semanas. Es por eso por lo que las elecciones del próximo domingo se convertirán en un plebiscito sobre el futuro de la energía atómica en Alemania.