Novak Djokovic pone a prueba su voracidad esta semana en Miami tras triunfar en el desierto californiano. Sus tres títulos esta temporada -Abierto de Australia, Memphis e Indian Wells- le mantienen invicto en 20 partidos, contando los dos de la final de Copa Davis que ganó con Serbia a finales del 2010. Su tenis ha subido de nivel y su carácter es más ganador. Siempre se le tachó de no asumir su rango en el circuito, pero ahora es cuando parece más decidido al asalto a la primera plaza.

El nuevo número dos mundial del ránking de la ATP desdibujó a Rafael Nadal en la final de Indian Wells, primer Masters 1000 de la temporada, con una victoria por 4-6, 6-3 y 6-2, en dos horas y 25 minutos. El serbio, que logró su primera victoria ante el español en una final, sumó así su segunda corona en Indian Wells tras el título de 2008 ante Mardy Fish.

En racha

De paso se embolsó un premio en metálico de 611.000 dólares -unos 430.000 euros-. «Fue cuestión de un par de puntos al final del segundo set lo que dio la vuelta al partido», afirmó. «No voy a parar aquí ahora, pero no creo que nadie sea invencible. Estoy viviendo el mejor momento de tenis de mi vida. Sólo trato de jugar lo mejor posible cada partido», agregó un Djokovic que opina que Nadal es el mejor tenista de la historia.

«Es lo que pienso. Es joven, ha conseguido muchos títulos ya y tiene muchos por delante. Los suficientes como para superar en número a los conseguidos en el Grand Slam por Federer». Trabajaré duro y aprenderé de mis errores», señaló ayer por su parte Nadal en su página web.

Federer, vencedor en 2005 y 2006, también tiene algo que decir en Miami. Derrotado por Djokovic en las semifinales de Indian Wells, el de Basilea dejó claro que su situación «no es frustrante pero si decepcionante», y que prefiere perder «con alguien que está bien situado en el ránking, que contra tres jugadores diferentes que no formen parte del top 50 mundial».

A partir de mañana, los tres tendrán una nueva oportunidad de seguir ampliando su colección. 45 de los 50 mejores jugadores compiten en Crandon Park, en el Masters 1.000 de Miami, donde el estadounidense Andy Roddick defiende un título, apetecido por muchos.

Roddick ganó el pasado año por segunda vez el denominado "Quinto Grand Slam" tras vencer a Nadal en semifinales y luego deshacerse del checo Tomas Berdych en la final. El de Omaha, finalista en Brisbane y triunfador en Memphis esta temporada, es el héroe local, pero últimamente se ha visto desplazado por el protagonismo de unos cuantos rivales.

Clijsters es duda

El torneo es combinado -las chicas comienzan hoy y los chicos mañana- y de primera relevancia para el circuito WTA, donde Kim Clijsters capturó el año pasado el título 37 de su carrera. La flamenca se lesionó en el hombro la semana pasada y falta saber cómo es su estado actual. Caroline Wozniacki, triunfadora en Indian Wells, donde acaba de conquistar el título 14 de su carrera, aparece como la gran favorita. Crecida por su última victoria. «Este título significa mucho. He vuelto a demostrar que soy capaz de hacer un tenis genial, y he batido a tenistas de gran nivel», manifestó.

«Presto mucha atención a mi físico, estar en forma es una parte fundamental de mi entrenamiento. He ganado muchos partidos de esa manera. Puedo jugar durante horas y horas. Es buena señal cuando veo que mi rival se cansa más rápido que yo», añadió ante su nueva cita.