Los Angeles Lakers han hecho parte de sus deberes. Ya son los campeones de la División Pacífico tras derrotar a Portland Trail Blazers en la madrugada del lunes y, pese a que es casi imposible que puedan llevarse la Conferencia Oeste -porque San Antonio está muy lejos-, en una hipotética final de la NBA los californianos podrían contar con el factor cancha a favor. Y es que su actual balance de victorias y derrotas, 50-20, se acerca al de los dos mejores equipos del Este, que lo marcan Boston Celtics y Chicago Bulls con 50-19.

Si los Lakers son uno de los primeros alumnos de la clase, Houston Rockets, tras múltiples problemas que han distraido su potencial durante la temporada, sueñan con el milagro de aprobar todas en junio. Tras ganar a unos Utah Jazz venidos a menos, el tercer equipo tejano se encuentra a partido y medio del octavo puesto que ocupa Memphis Grizzlies. Los Rockets cotizan al alza, mientras que Jazz, Suns y Hornets pierden fuelle y los Grizzlies se mantienen como pueden.

Ya van 22 títulos de División

Hasta en 22 ocasiones han logrado los Lakers alzarse con el entorchado de la División Pacífico. Ante Portland Trail Blazers fueron, como siempre, Kobe Bryant (22 puntos), Pau Gasol (14 tantos y 13 rebotes) y Lamar Odom (16-11) quienes inclinaron la balanza a favor de los californianos, que gracias al 84-80 final obtuvieron además la clasificación matemática para los playoffs.

No obstante, el partido fue complicado para los actuales campeones. Nate McMillan preparó un partido serio y al descanso sus hombres mandaban por 44-40 en el luminoso, gracias a 25 puntos de un espectacular Nicolas Batum y los 18 de LaMarcus Aldridge.

Todo estaba en el aire al inicio del último cuarto, y fue entonces cuando apareció Kobe Bryant, limitado por problemas físicos, para colocar a su equipo en la senda del triunfo. En los cuatro minutos finales a Portland se le apagó la luz y apenas vio aro (4 puntos en 4 minutos). Ese fue el principio del fin para unos Blazers que veían cómo la distancia con los Lakers dentro de la División Pafícico se convertía en insalvable.

Milagro en el último tramo

En Houston juegan a la lotería. Los Rockets empezaron la temporada con la incertidumbre de si Yao Ming iba a ser capaz de aportar buenos minutos. Los cálculos de la franquicia les situaban jugando en segunda ronda de las eliminatorias por el título. Pero todo se torció con la lesión definitiva del pívot chino.

Sin juego interior y sin un patrón de juego claro, los Rockets han tirado tres cuartas partes de la temporada a la basura, y es justo ahora cuando se han abrochado los cinturones y parecen capaces de obrar el milagro.

Con un balance de 7-3 en los últimos diez encuentros y una valiosa victoria ante un rival directo como Utah Jazz, los Rockets están en disposición de salvar el curso sobre la campana. Más observando la senda autodestructiva que atraviesan los propios Jazz, Phoenix Suns o Nueva Orleáns Hornets.

A falta de una docena de partidos por disputar, Houston parece el equipo más en forma de los implicados, incluso por encima de Memphis Grizzlies, dueños de la última plaza con derecho a la post temporada.