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CRíTICA literatura / novela

«El cementerio de Praga»

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Iñaki URDANIBIA

El piamontés Umberto Eco, verdadero mentor de la semiología, estudioso impenitente de «obras abiertas», de «estructuras ausentes», señalador de «apocalípticos e integrados», dio el salto a la narrativa allá por 1980, cuando parecía que el público estaba como aburrido y no arrancaba a sumergirse en las páginas literarias. En ese tiempo, «El nombre de la rosa» fue un verdadero despertador de la afición lectora; resultado bastante extraño si se tiene en cuenta que la novela recurría a citas en latín y planteaba de tapadillo ciertos problemas filosóficos y lingüísticos que podían espantar al común de los mortales. No fue así y el éxito de ventas -no sé si de lecturas- fue realmente amplio. Luego vinieron otras obras suyas, como «El péndulo de Foucault», y algunas más que a fuer de sincero diré que al que escribe se le cayeron de las manos.

Ahora el escritor vuelve a la carga con ánimos renovados y nos entrega una novela que aprehende al lector con sus intrigas, sus crímenes, sus persecuciones, sus engaños, al mismo tiempo que brinda unas lecciones, como sin quererlo, acerca de los motivos del éxito actual del género basado en misterios, ocultismos y búsquedas de griales varios.

No terminan, no obstante, ahí las lecciones, pues su obra funciona como un fiel espejo, a pesar de que la acción se sitúa en otro tiempo, de algunos de los males que aquejan a la sociedad actual: el racismo, la mentira y la hipocresía como ejes del funcionamiento social y, por supuesto, la invasión de una amplia vena esotérica.

Nos lleva de la mano un capitán de nombre Simone Simonini, que nos abre su diario, un personaje que siempre se halla en medio de todos los fregados que en la segunda mitad del siglo XIX se sucedieron: alzamientos y su represión, conciliábulos conspirativos o progromes, sin obviar los nombres propios, como la Comuna parisina, el caso Dreyfus... Recorremos así estos tiempos revueltos y más en especial la participación del protagonista de la novela en la elaboración de un texto cuyas posturas pasaron a ser la base para todos los paranoicos antisemitas que en el mundo se han sucedido: «Los Protocolos de los Sabios de Sión» -en realidad, el texto lo escribió por encargo un policía zarista-. El lugar en el que se reunían tales sabios para elaborar el plan para comerse el mundo fue precisamente el cementerio de Praga.

Los guiños del autor, y su indudable espíritu juguetón, arrancan la risa y la sonrisa ante las jugosas conversaciones que dejan ver ataques a los judíos, los jesuitas, los francmasones, en medio de mujeres poseídas y otras gentes variopintas.

Con la fluidez propia de las más clásicas novelas históricas y de aventuras (la sombra de Dumas es alargada), Umberto Eco nos hace disfrutar con su nuevo libro, aunque fuese recibido con alaridos por parte de rabinos y curas debido a su supuesto antisemitismo y a su falta de respeto para con las religiones. Pero, en fin, esto último ya es otra cosa bien sabida: con la Iglesia hemos topado Umberto, y es que los «funcionarios de Dios» van como locos en su falta de humor y tremendismo.

Ficha

Título: «El cementerio de Praga».

Autor: Umberto Eco.

Editorial: Lumen, 2011.

Páginas: 580.

Precio: 23 euros.

Género: Thriller.

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