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Aguilar y Sanz inauguran el Canal sin referirse a su viabilidad económica

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El presidente del Gobierno de Nafarroa, Miguel Sanz, y la ministra española de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, inauguraron ayer en Pitillas la primera fase del Canal de Navarra, que calificaron de «instrumento de desarrollo» para el herrialde.

«La obra es extraordinariamente importante, expresión de la colaboración institucional y fruto de un gran esfuerzo colectivo», destacó Aguilar.

Precisamente en Pitillas, se firmó en 1998 el acuerdo entre el entonces denominado Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Nafarroa el acuerdo para ejecutar el Canal, destinado a distribuir el agua del pantano de Itoitz, uno de los proyectos que más polémica han generado en Euskal Herria. Catorce años más tarde, se ha presentado la llegada de las aguas como un triunfo de quienes impulsaron la obra, a pesar de que la viabilidad económica de la misma ha sido cuestionada por los elevados costes y la escasa rentabilidad.

En la primera fase, la inaugurada ayer se han invertido más de 450 millones de euros y en teoría servirá para poner en regadío 22.335 hectáreas. Sin embargo, los regantes deberán abonar un canon equivalente al 15% del presupuesto mediante el denominado peaje en la sombra. La caída de los precios de los productos agrícolas siembra la duda de si los potenciales regantes podrán hacer frente a estos pagos, que se estiman en unos 6.000 euros por hectárea.

La segunda fase del Canal, más complicada técnicamente ya que tiene que salvar el cauce del río Ebro para llegar a la laguna de Lor, entre Cascante y Ablitas, todavía no tiene plazos de finalización.

Sanz, por su parte, subrayó la importancia del Canal de Navarra y del pantano de Itoitz, destacando que permitirán aumentar en un 6% la producción navarra de energía renovable gracias a los dos centrales hidroeléctricas que albergan.

Además, el presidente navarro añadió que el Canal abastecerá de agua a un 70% de la población navarra, así como a 650 hectáreas de suelo industrial, entre las que citó la agroindustria y la agroenergética.

«Junto a ello, mejorará el equilibrio territorial impulsando el desarrollo del mundo rural al aumentar su productividad y diversificarla, lo que mejorará su competitividad», proclamó Sanz.

«Esta obra prestará un gran servicio social para mejorar la calidad de vida de una gran parte de los ciudadanos navarros, al tiempo que ofrecerá una serie de oportunidades crecientes a la Comunidad Foral», destacó Aguilar.

Para este primera fase del Canal han sido necesarios 800 kilómetros de tuberías y 900 de caminos y redes de drenaje para llegar cada parcela, donde los regantes, estimados en más de 6.500 en esta primera fase y repartidos en 27 términos municipales, dispondrán, si abonan el canon que se les exige, de sistemas de telegestión y telecontrol para un manejo remoto que permite en cualquier momento planificar el consumo.

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