Revueltas en el mundo árabe
Saleh blande la amenaza de una guerra civil
GARA | SANA'A
El presidente de Yemen, Ali Abdalah Saleh, interpretó las deserciones en el Ejército como un intento de golpe de Estado para tomar el poder y advirtió de que ello llevará al país a una guerra civil. «Quienes quieren ascender al poder mediante golpes deberían saber que esto está fuera de toda duda. La patria no será estable, habrá una guerra civil, una sangrienta guerra civil», declaró en una reunión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
La advertencia de Saleh se produjo un día después de que los generales Ali Mohsen al-Ahmar y Mohammed Ali Mohsen Saleh -que también advirtieron de la posibilidad de una guerra civil en el caso de que la represión continúe- y decenas de oficiales y soldados yemeníes anunciaran su adhesión a la revuelta antigubernamental. La rebelión para exigir la renuncia del jefe del Estado y mejores condiciones de vida comenzó a finales de enero, pero cobró un nuevo impulso el viernes con la muerte de 52 personas en Sana'a durante un ataque contra los manifestantes.
El presidente dijo que los jóvenes que lideran las protestas son «víctimas de fuerzas políticas antiguas» y señaló que «los Hermanos Musulmanes no aceptan a los comunistas, los nasseristas no aceptan a los Hermanos Musulmanes, ni los hutíes (rebeldes zaydíes) aceptan a los Hermanos Musulmanes. Nadie acepta al otro. Cada uno tiene una agenda y todos quieren llegar al poder, y después de que lleguen, ¿qué?». Por eso, en otro discurso ante líderes tribales, muchos de los cuales se han sumado a la oposición, Saleh reiteró su advertencia de guerra civil y añadió que el país podría dividirse no en dos, como lo estuvo hasta su unificación en 1990, sino en tres, que es lo que, a su juicio, buscan los desertores y los líderes tribales que le han retirado su apoyo.
Para Saleh, los militares que se han adherido a las protestas lo han hecho por «debilidad» e «intimidados por los medios, hasta que cayeron como hojas muertas de otoño», pero confió en que «vuelvan a la razón».
El general Al-Ahmar declaró a AFP que su objetivo es «presionar al presidente para que acepte un plan de la oposición que busca establecer una hoja de ruta para una transición pacífica, en la que se incluye su partida antes de finales de 2011». El secretario de prensa del presidente, Ahmed al-Sufi, indicó a Efe que Saleh renunciará a su cargo a finales de este año y entregará el poder tras las elecciones parlamentarias previstas para enero de 2012. La principal coalición opositora, sin embargo, rechazó la propuesta de Saleh. Su portavoz, Mohammed al-Sabry, indicó a Reuters que «las próximas horas van a ser decisivas».
Siguen las renuncias
Ayer siguió el goteo de renuncias en el cuerpo diplomático mientras tanques de unidades rivales seguían haciendo guardia en puntos estratégicos de la capital, donde el lunes por la noche se produjo el primer choque entre soldados y miembros de la guardia presidencial, que se saldó con dos muertos, uno de cada bando.
Unidades blindadas leales al general Al-Ahmar siguen desplegadas en torno al Banco Central, la sede del gubernamental Congreso General del Pueblo y otras instalaciones vitales. Los tanques de la guardia presidencial, dirigida por Ahmed Saleh, hijo del presidente, y de las fuerzas especiales, bajo el mando de su sobrino Tarek Saleh, se mantienen alrededor del palacio presidencial.