Acertar cuándo hacerle daño al rival también es una virtud. El Caja Laboral Baskonia logró su primer triunfo de cara a la Final Four de Barcelona gracias a ese buen tino. Los de Ivanovic abrieron hueco en el arranque, con un primer cuarto de 26-14, y cerraron el partido merced a un parcial de 7-0 mediado el último período. Entre tanto hubo que sufrir, sobre todo con los 16 puntos y 16 rebotes de Hendrix. Pero ayer mereció la pena.

De la mano de Barac y San Emeterio, el Caja Laboral Baskonia desentumecía los nervios y, con la entrada de Logan por un frío Oleson, realizaba la primera escapada, 21-11, que requería el tiempo muerto macabeo. La única mala noticia del 26-14 del primer cuarto no fue sino la segunda falta de Barac.

Había temor de cómo iban a responder las rotaciones gasteiztarras, pero Logan, Ribas y Batista también dieron un buen nivel. Por su parte, el Maccabi respondió con un juego con «pequeños» -con Hendrix como único pívot- y una defensa de cambios automáticos que propició varios robos.

No obstante, los de Ivanovic aguantaron la apuesta por la velocidad de los macabeos, y supieron llegar al descanso con una ventaja apreciable: 46-32, tras una «bombita» de San Emeterio sobre la bocina.

Pérdidas y tiros libres errados

Las alarmas saltaron tras el descanso. El Maccabi apretó sus líneas en defensa y logró un parcial de 0-8 para meterse de nuevo en el partido. Los gasteiztarras tardaron tres minutos y medio para anotar y acusaron que su punto de mira, tan acertado en el triple, estuviera desviado en el tiro libre.

Sólo acciones como el mate de Teletovic sobre Schortsianitis y varias canastas de Barac daban alegría a la nerviosa hinchada baskonista, que ansiaba el final de un partido que se complicaba. Al final, llegó un parcial de 7-0 con cinco puntos seguidos de Huertas. El paulista volvió a enseñar que es un as a la hora de golpear cuando más duele.