El crédito financiero que necesita de la Caja Vital parece ser, hoy por hoy, el único requisito que le falta al grupo inversor liderado por Josean Kerejeta para dar el último paso y confirmarse como el nuevo gestor del Deportivo Alavés. La Junta de la entidad financiera no trató ayer el tema del crédito, sobre el que existen algunas reticencias técnicas, pero el acuerdo político es total y no parece que vaya a haber demasiados problemas para su aceptación en los próximos días.

A pesar de que el concluye el plazo de la primera prórroga otorgada para la tan necesaria capitalización del Deportivo Alavés, el ambiente en la entidad del Paseo de Cervantes es mucho más relajado que el existente en otras situaciones en que el peligro de disolución de la nonagenaria entidad ha sido tan cercano.

Pero es que, al contrario de lo que ha sucedido en los dos Consejos de Administración que sucedieron a Dmitry Piterman al frente de la entidad albiazul, la persona de Josean Kerejeta, avalado por su trayectoria al frente del Baskonia, tiene el pleno apoyo de los políticos al frente de las instituciones públicas, algo que resulta indispensable hoy en día para la supervivencia de cualquier equipo profesional deportivo de elite, independientemente de su especialidad.

Al margen del Ayuntamiento de Gasteiz y del Ejecutivo de Lakua, la opción de este grupo inversor con el lazkaotarra tiene el total apoyo de la Diputación de Araba, el mayor acreedor de la entidad albiazul y, de hecho, así lo hizo saber en su edición de ayer «Diario de Noticias», con un amplio despliegue en sus páginas.

Es innegable que la sintonía existente con la clase política con cargo en las instituciones del herrialde es total, como ha quedado patente en la ampliación del pabellón de Zurbano hasta las 15.000 localidades, y las facilidades que el club tendrá para realojarse en la plaza de toros gasteiztarra en el período que las obras imposibiliten la utilización del antiguo mercado de ganado.

Proyecto madurado

Atados estos dos pilares fundamentales, la tercera base que Kerejeta necesitaría es ganarse el apoyo social, especialmente el de ese sector de aficionados albiazules que ve con cierto recelo el desembarco de la cabeza visible de un club que sigue generando algunas reticencias en ciertos espectros del alavesismo.

No obstante, esta arista tampoco parece imposible de superar después de que todos los intentos de atomización del accionariado han resultado un fiasco, con lo que la necesidad de un «salvador» es cada vez más acuciante en el entorno.

Como en todo este proceso de más de un año de maduración, el máximo accionista del Baskonia guarda un silencio sepulcral, pero el desenlace parece cercano.