CRISIS NUCLEAR EN JAPÓN
Nadie se atreve a retirar unos mil cadáveres radiactivos
GARA | TOKIO
Los temores a la radiación han impedido a las autoridades japonesas retirar hasta un millar de cuerpos de víctimas del terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo del radio de evacuación de 20 kilómetros en torno a la central nuclear de Fukushima I, según informaron ayer fuentes policiales a la agencia Kyodo.
Según esas fuentes, los cuerpos han estado «expuestos a altos niveles de radiación tras su muerte», dato confirmado por los altos niveles de radiación detectados en un cuerpo hallado en Okuma, a cinco kilómetros de la central nuclear afectada por el seísmo.
Ante estas circunstancias, las autoridades están estudiando la forma de recoger los cuerpos, dados los temores de que los policías, médicos y familiares puedan verse expuestos a radiación en su recuperación y posterior traslado hasta las morgues.
Inicialmente, estaba previsto inspeccionar los cadáveres después de trasladarlos fuera de la zona de evacuación, pero ahora se está reconsiderando. Según las fuentes policiales citadas por Europa Press, incluso cuando los cuerpos fueran entregados a sus allegados, la cremación podría provocar humo con material radiactivo, y enterrarlos podría contaminar el suelo.
También plantea problemas la identificación de las víctimas, puesto que hacen falta muestras de uñas para analizar su ADN, pero éstas también tendrían que ser descontaminadas, lo que llevaría aún más tiempo.
Lo que está cada vez más claro es que la sentencia de muerte de la planta de Fukushima está firmada por el Gobierno de Tokio. Ayer, el primer ministro, Naoto Kan, defendió ponerla fuera de servicio, mientras que la víspera fue el portavoz del Ejecutivo, Yukio Edano, quien había dado a entender que todos los reactores de la planta serán desmantelados. «Creo que está muy claro desde el punto de la sociedad» que finalmente será esto lo que ocurra, subrayó.
Sus declaraciones se produjeron después de que Tsunehisa Katsumata, presidente de Tepco, la compañía que opera la central, señalara en rueda de prensa que la empresa no tiene «otra elección que desmantelar los reactores 1 y 4, teniendo en cuenta sus condiciones objetivas».
Además, lo ocurrido con esta central de la costa noreste tendrá consecuencias en la política nuclear del Gobierno de Tokio, ya que el primer ministro va a estudiar la posibilidad de abandonar el plan ya existente de construir más centrales eléctricas nucleares en el país para 2030.
Así se lo hizo saber al líder del Partido Comunista nipón, Kazuo Shii, en el encuentro mantenido ayer por ambos.
Radio de seguridad
Por otra parte, el Gobierno nipón se comprometió ayer a intensificar sus análisis de la contaminación por radiación cerca de la central afectada y ampliar la zona de evacuación llegado el caso, como había sugerido la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), tras detectar trazas radiactivas fuera del perímetro de seguridad evacuado.
«No tenemos planes de evacuar inmediatamente a personas, pero naturalmente, la presencia de altos niveles de radiación en el suelo, si continuara durante un largo periodo de tiempo (...) afectará probablemente a la salud humana, así que tendremos que incrementar nuestra vigilancia y, si fuera necesario, tomar medidas para afrontarlo», señaló el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, en rueda de prensa.
Y es que, aunque pasan los días, la situación no parece registrar una mejora considerable. Ayer mismo, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón realizó nuevas mediciones en aguas próximas a la central de Fukushima, cuyos resultados arrojaron que los niveles de yodo radiactivo superan 4.385 veces el límite legal.
El director general de ese organismo, Hidehiko Nishiyama, afirmó que se trata de los índices más altos desde el accidente posterior al terremoto. Pese al escandaloso dato, Nishiyama destacó que no supone un riesgo para la salud, al argumentar que la población de 20 kilómetros a la redonda ha sido evacuada.
Por otra parte, los niveles de radiación detectados en las aguas de un túnel subterráneo situado en el exterior de una turbina del reactor número uno de la central nuclear son 10.000 veces superiores a lo normal, según informó ayer Tokyo Electric Company.
Los niveles de radiación son «extremadamente altos», dijo un responsable de la empresa.
El Ministerio de Sanidad afirmó que se han detectado niveles anormales de cesio radiactivo en carne procedente de Fukushima.