La coalición contra Gadafi prevé operaciones encubiertas en Libia
Los países de la coalición internacional contra Muamar al Gadafi prevén la utilización de tropas especiales y espías sobre el terreno en Libia, para preparar a los rebeldes y conocer sus intenciones. Medios estadounidenses aseguran que efectivos de la CIA y el MI6 británico ya están operando. El presidente de EEUU, Barack Obama, ya ha autorizado el uso de operaciones encubiertas. El frente de guerra permaneció ayer en torno a la ciudad de Brega.
GARA | WASHINGTON
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha firmado una orden que autoriza el desarrollo de operaciones encubiertas para «ayudar a los esfuerzos» en Libia, según informaron ayer varios medios estadounidenses. Según la cadena de televisión ABC News, la orden no instruye a los agentes encubiertos para que armen a los rebeldes «pero prepara esa posibilidad y otras si el presidente decidiera seguir esa ruta en el futuro».
La autorización legal de estas operaciones sale a relucir después de que en una entrevista concedida a la cadena NBC el martes, Obama indicara que no descarta la posibilidad de contribuir a armar a los rebeldes que luchan contra Muamar el Gadafi. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, resaltó que «no se ha tomado ninguna decisión acerca de proporcionar armas a la oposición o cualquier otro grupo en Libia», pero «no lo descartamos» y reconoció que estudia «todo tipo de ayuda al pueblo libio».
La CIA y el MI6 ya están en Libia
Al tiempo que se ha revelado la existencia de la orden, el diario «The New York Times» publicó que la CIA ya cuenta con agentes clandestinos en Libia para obtener datos que faciliten los ataques aéreos y entablar contactos con los rebeldes.
El diario asegura que decenas de miembros de las fuerzas especiales británicas y del servicio de inteligencia MI6 llevan semanas trabajando en Libia, sobre todo para recoger información sobre la localización de las fuerzas leales a Gadafi.
Uno de los grandes interrogantes en Estados Unidos es quiénes son los rebeldes y su ideología. Según el "Times", que cita a funcionarios estadounidenses, al contactar con los grupos rebeldes la CIA espera poder aclarar esas dudas.
Según varios medios, uno de sus dirigentes militares, Hifter Jalifael, un ex coronel del ejército libio, es un antiguo colaborador de la CIA. Según «McClatchy Newspapers» el nuevo jefe militar se pasó a la oposición a Gadafi tras una fracasada misión en Chad, uniéndose a un grupo financiado por al agencia de inteligencia de EEUU. Llevaba 20 años viviendo en Washington, regresó a Libia al estallar la rebelión y desde hace dos semanas es una de las estrellas militares de los insurgentes.
Con la retirada de las fuerzas rebeldes ante los ataques de las fuerzas leales a Gadafi, y dado que la coalición internacional no quiere desplazar tropas sobre el terreno, la coalición se ha planteado la posibilidad de armar a los rebeldes.
Washington, París y Londres no lo descartan pero la insurgencia necesita también entrenamiento y formación para manejar esas armas. El secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, afirmó ayer que «los rebeldes libios necesitan entrenamiento pero esa misión debe ser llevada a cabo por otros países». Gates ha dejado claro que no va a desplazar tropas, aunque agentes de la CIA podrían cumplir esa función, según algunos medios de EEUU.
No obstante, también se presentan algunas dudas. Así, el principal mando militar de la OTAN, el almirante James Stavridis, advirtió el martes de la posibilidad de que entre los grupos rebeldes se hayan infiltrado simpatizantes de Al Qaeda. Tampoco la OTAN, que ayer asumió el mando internacional único de todas las misiones en Libia, ha descartado utilizar agentes de inteligencia. Ante la insistencia de los periodistas de si la resolución de la ONU autoriza el despliegue de fuerzas especiales que ya estarían sobre el terreno, el presidente del Comité Militar de la OTAN, almirante Giampaolo Di Paola, aseguró que «la resolución dice que no habrá fuerzas de ocupación y que no haya fuerzas en tierra significa para mí fuerzas que están ocupando la tierra».
Sin embargo, a renglón seguido, cuando le preguntaron por las presuntas fuerzas especiales estadounidenses y británicas en suelo libio dejó en manos de los estados miembros «el derecho» a decidir cómo obtienen su inteligencia. «Recogemos inteligencia de los aliados. Es decisión de los aliados ofrecer la inteligencia con los recursos que deciden», explicó Di Paola. «La utilizaremos», reconoció.
El frente de guerra, mientras tanto, siguió ayer situado en el exterior de la ciudad de Brega, tras la retirada apresurada de los rebeldes a lo largo de la carretera costera del miércoles bajo el ataque con cohetes de las fuerzas de Gadafi, cediendo parte del territorio que habían reconquistado en los días anteriores. Algunos se replegaron hasta Ajdabiya, la puerta de entrada al este, pero ayer la ciudad se quedó vacía y los rebeldes trasladaron todas sus fuerzas a Brega.
Decenas de víctimas civiles
La aviación de la coalición internacional bombardeó a las fuerzas de Gadafi, y les hizo retroceder, según informó el diario digital libio Al Yawm. Pero estos bombardeos no sólo tienen objetivos militares. El vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, informó de que por lo menos cuarenta personas han muerto en un bombardeo de la coalición internacional sobre Trípoli y que las bombas arrojadas alcanzaron también varios hospitales. «Los llamados `bombardeos humanitarios' han causado decenas de víctimas entre civiles en algunos barrios de Trípoli. En particular, en el de Buslim se ha destruido un edificio civil y se ha causado la muerte de 40 personas», dijo Martinelli a la agencia vaticana Fides.
Abandono del ministro
Mientras sus tropas avanzaban, Gadafi sufrió un revés con la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores, Musa Kusa. Tras rumores sobre su deserción, ayer lo confirmó el Foreign Office, que aseguró que Kusa llegó en un avión procedente de Túnez a territorio británico, donde manifestó que ya no quiere representar al régimen libio. «Ha viajado hasta aquí por voluntad propia. Nos ha dicho que renuncia a su cargo. Estamos hablando con él y ofreceremos detalles más adelante», indicó el portavoz de Exteriores británico, que recordó que «Kusa es una de las principales figuras del Gobierno de Gadafi . Su papel era representar al régimen internacionalmente, algo que no quiere seguir haciendo».
Kusa, que como diplomático trabajó varios años en Londres, es considerado una de las personas más cercanas a Gadafi en los últimos años.
Según el ex ministro libio de inmigración, Ali Errishi, que deserto al inicio de la revuelta, con el abandono de Kusa, «los días del régimen están contados. Es el fin. Gadafi ya no tiene a nadie. Sólo a sus hijos».
El Gobierno libio reconoció el abandono del ministro, pero subrayó que «se trata de la lucha de un pueblo, no depende de individuos». Gadafi, además, advirtió de que los estados de la coalición que le atacan pueden encontrarse en «una situación fuera de control».
Al menos once inmigrantes provenientes del África subsahariana, entre ellos un niño, murieron en un naufragio mientras se dirigían a la isla italiana de Lampedusa, según el diario «La Repubblica» Según la primera reconstrucción de los supervivientes, 17 personas había salido de las costas de Libia hace seis días en una barcaza, que naufragó. Los supervivientes fueron rescatados por un pesquero egipcio, para después ser trasladados a un buque militar italiano y a la Guardia Costera, que les trasladó a Lampedusa. Uno de ellos contó que «ha habido varios muertos, pero muchos de ellos han conseguido agarrarse a las maderas de la barca durante un día y una noche».
Por otra parte, las operaciones de traslado de inmigrantes de la isla, donde han llegado más de 6.000 inmigrantes en las últimas semanas, continuaron ayer. Tras los primeros traslados, aún quedaban 3.800 en la isla en malas condiciones higiénicas. Pero el traslado sólo desplaza el problema a otras regiones italianas, que rechazan acoger nuevos campos de inmigrantes. El Gobierno ha decidido ampliar estos campos, como los de Manduria y Apulia (de 1.500 y 3.000 plazas), Trapani (800 ) Caltanissetta (500), y Potenza (500), todos ellos en el sur. Sólo Pisa en la Toscana ha abierto un campo en el norte, aunque esta operación ya ha provocado la dimisión de dos miembros del gobierno de Berlusconi, originarios de algunas de estas localidades. Berlusconi anunció un reparto por toda Italia, pero su ministro de interior, Roberto Maroni, miembro de la Liga Norte, ha concentrado los campos en el sur. GARA
La presidente sirio Bachar al-Assad ha pedido a un comité jurídico estudiar la abolición de la ley de urgencia aprobada en diciembre de 1962, según anunció la agencia oficial Sana.
EEUU ha manifestado su apoyo a «la unidad, estabilidad y seguridad de Yemen», ante las revueltas en ese país. Así lo expresó el embajador Gerald M. Feierstein, al secretario general del Congreso General Popular, Sultán al Barakani.
El partido chií libanés Hezbolá negó ayer haber dado entrenamiento militar a los manifestantes chiíes en Bahréin que llevan semanas reclamando reformas y más apertura en la isla.
Kuwait anunció la expulsión de diplomáticos iraníes acusados de espionaje. A la vez, el Gobierno kuwaití presentó su dimisión después de que algunos diputados del Parlamento hubieran solicitado interpelar a tres ministros.
La jornada del viernes concentra las protestas del mundo árabe y hoy será de nuevo un día de movilización para reclamar reformas políticas en la región. En El Cairo, está prevista una manifestación en la plazaTahrir, núcleo de la revuelta que echó del poder a Hosni Moubarak en febrero. El objetivo es «salvar la revolución», según la convocatoria de la coalición de jóvenes de la revolución, un movimiento muy activo en internet. Reclaman que se juzgue con rapidez al presidente depuesto, a su familia más próxima y a varias figuras de su Gobierno. También piden una lucha más decidida contra la corrupción, «con medidas más eficaces para recuperar los miles de millones robados al pueblo» en la era Mubarak.
En Siria, donde el presidente Bachar al-Assad no anunció en su discurso del miércoles las reformas que se esperaban, se han convocado nuevas manifestaciones a través de internet. Decenas de personas muerto o han sido detenidas en las protestas de las últimas semanas en Deraa y Latakia. EEUU pidió a sus ciudadanos que abandonen el país. En la vecina Jordania los jóvenes de los Hermanos Musulmanes han convocado una sentada ante el ayuntamiento de Amán. El pasado fin de semana, los partidarios del Gobierno atacaron a este grupo causando 160 heridos. En Yemen se prevén manifestaciones tanto de partidarios como de opositores al presidente Ali Abdallah Saleh en Sana'a. Los manifestantes del campamento de la plaza de la Universidad han proclamado un jornada de lucha, pero han abandonado su plan inicial de marchar hacia el palacio presidencial. El Gobierno británico pidió a sus ciudadanos que abandonen el país por temor a la violencia que pueda desatarse. En Barhein no están previstas manifestaciones, pero el Gobierno ha llevado a cabo numerosos arrestos contra ciberactivistas antigubernamentales y contra la mayoría chií, con más de 300 detenidos y decenas de desaparecidos, en un intento por acabar con las protestas, cuya represión ha causado ya decenas de muertos. En Omán, el Ejército disolvió el martes a un grupo que se manifestaba en una sentada en demanda de reformas. GARA
