El corazón de Donostia recupera a San Telmo. una Visita al MST
En esta época de siglas, MST identifican, en adelante, al remozado Museo San Telmo de Donostia. Tras ser inaugurado el pasado lunes, al límite establecido por la nueva normativa electoral y tras cuatro años de remodelaciones, el rejuvenecido Museo San Telmo, un proyecto arquitectónico reseñable, recibe a sus visitantes desde este fin de semana.
Anartz BILBAO
La previsión del Museo San Telmo cifra en 140.000 las visitas para el primer año de su ambiciosa era. El próximo martes, primer día de apertura de pago (3 euros hasta que se inaugure la exposición permanente y 5 euros después), serán algunos miles los que habrán paseado por el recinto, pues en la jornada de puertas abiertas de ayer la asistencia al recinto, sin agobios, empujones ni colas -a excepción de la entrada para la efectista proyección de la Capilla- fue constante e ininterrumpida. Antes, y tras la inauguración de las autoridades, el martes pasaron por allí los arquitectos y el miércoles los Amigos del Museo.
Con un tiempo espléndido, los párkings subterráneos repletos y un gentío ávido de verano en las calles, ajenas al espacio que la ciudad recupera en su Parte Vieja, cuatro parejas de gigantes recibían a los curiosos a las puertas del museo. Mientras los niños juegaban entre las faldas de los navarros de Erronkari, los katximorros de Eltziego, los balleneros de Orio o los ferrones de Bizkaia, una pancartan recordaba en la Plaza Zuloaga una antigua reivindicación de los vecinos del barrio, para quienes la obra del MST ha supuesto abrir una vieja herida. «Tenemos seis museos, pero carecemos de Kultur Etxea o de espacios para desarrollar actividades deportivas», lamentaba Alde Zaharreko Ezker Abertzalea.
Dentro del museo, los mayores opinaban, discutían y hasta criticaban la nueva fachada del museo, estética arquitectónica que, en general, parecía estar siendo del agrado del visitante. En cuanto a las muestras, no hay mucho que contar, pues aparte de la moderna instalación «6 mil millones de otros» -muestra audivisual del fotógrafo Yan Arthus-Bertrand, realizada para Good Planet en colaboración con los artistas Sibylle d'Orgeval y Baptiste Roget-Luchaire-, el MST sigue estando en fase de construcción, expositivamente hablando.
Con un horario ininterrumpido de 10.00 a 20.00 y con entrada libre, el museo ofrece hoy otra oportunidad para los curiosos que se quieran acercar a él. En vista de la adversa previsión metereológica, se intuye además una mayor asistencia. El que acuda a las 13.15, además de observar y conocer la remodelación del espacio, podrá disfrutar del concierto que en la plaza Zuloaga ofrecerá la Banda Municipal de Txistularis. Y los que esperen a la última hora, también tendrán premio con la actuación de un combo compuesto por cinco músicos, que actuarán a las 19.00 en el claustro.
Después, del martes 5 de abril en adelante, el MST tratará, poco a poco, de volver a convertirse en un espacio familiar para la vida cultural de la ciudad, abriéndo su exposición permanente de forma escalonada. De la misma manera que «El fuego de San Telmo» es un meteoro ígneo provocado por la ionización del aire dentro del fuerte campo eléctrico que originan las tormentas, con el continente concluido y reluciente, falta por ver si el contenido del MST (y, sobre todo, las actividades que se puedan desarrollar en él) viene a ampliar y electrizar la oferta cultural de la ciudad y a tratar de cubrir las carencias de la misma.
De momento, lo que ocurre es que el centro de la Donostia recupera su epicentro de cultura. ¿Logrará San Telmo convertir la ciudad en un centro de cultura?