«No hablo de política, pero Barack Obama me ha decepcionado»
Marianne Faithfull llega con retraso a la rueda de prensa; alguien comenta que dónde está lo de la puntualidad inglesa. La cuestión es que ella vive en París desde hace muchos años y que no echa en falta el ambiente londinense. De hecho habla francés perfectamente y sólo visita Irlanda por cuestiones familiares. Elegante y maquillada con esmero Marianne está ya ante la prensa: «No, no, desde ese lado no, no es mi lado bueno», le espeta a un fotógrafo.
Pablo CABEZA | BILBO
Si por la imagen fuese, nadie diría que delante de nosotros se encuentra una rockera, como demostró el martes en Bilbo en la sala BBK, en el único concierto celebrado en el Estado español y como presentación de «Horses and high heels», donde vestía blusa de seda con chorreras, un lazo negro y chaqueta y pantalón vaporosos también en negro.
Preguntada, en rueda de prensa celebrada ayer, por el hecho de haber apostado por el «rockerío» en el concierto del día anterior, responde que «el rock es real, me siento muy bien. Me gusta». No obstante, le inquieta la pregunta, quizá porque pueda entender que la cuestión llevaba un posible juicio negativo, por lo que solicita al periodista que le explique por qué le hace esa pregunta. Este le comenta que porque esperaba un repertorio más suave, más acústico... Ella responde aliviada: «¡Ah! Bueno, también tengo otras posiblidades para conciertos, una de ellas el acústico. Depende del momento. Ahora estoy presentando `Horses and high heels' y es un álbum rockero».
Comida y Guggenheim
Mal situada geográficamente, comenta que está muy feliz «de estar en Bilbao. Y que, además en España se come muy bien. Tengo ganas de visitar el museo Guggenheim, algo que haré mañana».
Faithfull ha participado en más de una treintena de películas, obras de teatro y le encanta leer una y otra vez a Shakespeare. Ante la pregunta de que cuándo habrá nuevo disco -el actual no tiene ni dos meses-, Marianne suelta un improperio, sin dirigirse al micro, para comentar, posteriormente, que «ese proyecto aún está muy lejano. Lo próximo será una obra de teatro, aunque previamente tengo que arreglar algunas cosas con mi mánager. No estoy satisfecha con él».
La literatura y el teatro le fascinan. Interpretar a Kurt Weill o Berthold Brecht le seduce. Esas formas, recias y teatrales, se perciben en directo incluso dentro de un formato rockero. Es cómo habla, cómo declina cuando canta o se dirige al público.
La discografía de Marianne Faithfull contiene numerosas referencias a la música country, son ya casi una veintena de álbumes. El martes, en el concierto el elegido fue Merle Haggard, un clásico de la música campera. «Sí, siempre he tenido en mente grabar un disco country en Nashville. Tengo claro quién debiera ser el productor, pero no sé si será posible. Son tantas cosas...», lamenta.
«Obama me ha decepcionado», sentencia con dureza. «Tengo mis ideas políticas, pero no las hago públicas. No obstante, el mundo nunca estuvo tan mal como ahora», concluye.
El Festival se caracteriza por la inclusión entre sus representaciones de las piezas más audaces y atrnazas más audaces y atrnazas más audaces y atrnacional. Así, entre lo más nuevo, cabe señalar la obra «Fuck you» del irlandes Jonny Backup, o la monodanza «Soommerband» de los islandeses Fiörmon.