Los yemeníes volvieron ayer a salir a las calles masivamente para exigir la dimisión del presidente, Ali Abdallah Saleh, quien fue acusado por su principal rival de haber intentado ejecutarle, al mismo tiempo que Washington siguió presionando al mandatario, su gran aliado en la «lucha contra el terrorismo», para que ceda el cargo.

Un manifestante murió la madrugada de ayer en Taiz, al sur de Sana'a, tras haber recibido un disparo, según los testigos. Con esta última defunción, asciende a 25 la cifra de opositores fallecidos en apenas dos días en diversas ciudades del país.

Pese a todo, cientos de miles de personas, según AFP, volvieron ayer a llenar las calles de Taiz y de Adén, esta última ciudad en el sur, donde fueron detenidos ocho opositores.

«Ríndete, Ali», «la gente quiere la caída del régimen», repetían los manifestantes congregados en la que se ha dado en llamar la «Plaza de la Libertad» de Taiz, al sur de la capital.

Por su parte, el general Ali Mohsen al-Ahmar, comandante de la región noreste y de la Primera División Blindada, quien se unió a las filas opositoras el pasado 21 de marzo, acusó al jefe de Estado de haber tratado de acabar con él en una sangrienta emboscada que tuvo lugar el martes en Sana'a.

En un comunicado, explicó que los emisarios tribales se presentaron en el cuartel de la división que dirige y dijeron presentarse para llevar a cabo las labores de mediación entre el presidente y el líder opositor.

Cuando el general Al-Ahmar se presentó ante quienes le reclamaban, los «individuos de la guardia del presidente, mezclados entre los emisarios, esgrimieron sus armas y comenzaron a disparar».

A finales del mes de marzo, el general había prometido contribuir a la salida de Saleh después de 32 años en el poder.

Bajo presión, Saleh ha aceptado una oferta de mediación de los reinos vecinos, que en Riad tratarán de buscar una salida a la grave crisis que atraviesa el país.

Visita estadounidense

Precisamente, el secretario de Defensa de Estados Unidos, visitará mañana la capital saudí para mostrar su apoyo al mayor exportador de petróleo del mundo y hablar de la inestabilidad que sacude a la región.

Una fuente de la Secretaría aseguró que esta visita a Riad refleja la respuesta «pragmática» que hace su Gobierno sobre la inestabilidad en la región, donde apoya las reformas pero no exige cambios precipitados.