Raimundo Fitero
Conspiranoicos
Faltaba Paolo Vasile, el jefe de Tele 5 y Cuatro, para agrandar la nómina de los que su paranoia les lleva a ver conspiraciones por todas las esquinas. Pérez Rubalcaba y sus mariachis están limpiando las lupas para mirar en cualquier lista que no sean las pactadas, por lo que ya están atacando con todas sus bajezas a Bildu. Con lo fácil que tendrían los fiscales para ver, sin necesidad de lupa, a los que diseñaron, consintieron, alimentaron y propagaron los GAL, que están cerca, tan cerca, pero muy cerca, porque en estos días vivimos en un pasado redivido: Amedo declarando, Rubalcaba de nuevo portavoz jurando para mentir con mayor énfasis y Ramón Jauregui de ministro, nada menos. Vivir para ver.
En medio de todas las conspiraciones reales o inventadas, aparece el hombre de Berlusconi en nuestro mando a distancia diciendo que existe una pacto secreto de otras cadenas para deteriorar la imagen de Tele 5, especialmente. ¿De verdad cree que es necesaria alguna conspiración externa para que parte de sus audiencias le vayan quitando el crédito a esa cadena? Se entiende el nerviosismo, porque estas declaraciones paranoicas las hace junto a los dos Pedros, Piqueras y Valentín, jefe de informativos de ambas cadenas que se estorban en ciertos momentos. Es cierto que lleva la cadena de Vasile una mala racha de aceptación con sus estrenos, al que se une el fracaso de algunos de sus fichajes estrella. Sigue ganando mucho dinero porque ZP y sus amigos, les han dejado todo el pastel publicitario para que se enriquezcan bien, pero de seguir por esta senda, van a desperdiciar todos sus ahorros de audiencia.
Y es que sigue siendo una buena segunda opción tras TVE, pero tiene a Antena 3 pisándole los talones, lo mismo que ve como La Sexta está compitiendo duro y anda muy cerca de Cuatro, con días que la supera de manera indiscutible. O sea, no vive tranquilo, y sus ficciones no cuajan, los programas de entretenimiento van a medio gas y se han quedado con un monocultivo: Belén Esteban y Jorge Javier. Y eso es muy débil tejido para el medio plazo, especialmente tras una inversión económica tan grande como ha sido la absorción de la línea audiovisual de Prisa.