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Las tropas de Ouattara frenan el asalto a la residencia de Gbagbo

Aunque las tropas de Alassane Ouattara, el presidente de Costa de Marfil reconocido por la ONU, anunciaron el asalto final al palacio presidencial de Laurent Gbagbo y su inminente captura «vivo», la ofensiva se interrumpió y testigos en la zona relataron una mayor resistencia de la prevista. París y la ONU siguen sin conseguir que Gbagbo reconozca a su rival como presidente, mientras la intervención militar empieza a dividir a los países africanos.

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Las fuerzas leales a Alassane Ouattara, interrumpieron su ofensiva contra el complejo residencial en el que permanece el presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, según confirmaron testigos en la zona. La situación en la capital económica del país seguía ayer envuelta en la confusión entre las versiones de ambos bandos. Los leales a Ouattara relataban que Gbagbo permanecía aislado en el búnker de su residencia, negociando su rendición, pero no explicaron el cese del operativo. Desde las filas de Gbagbo se informó de que el ataque fue repelido. Esta última versión fue ratificada por fuentes militares occidentales citadas por la agencia Reuters.

«Hasta donde sé, (las fuerzas de Ouattara) intentaron asaltar la residencia de Gbagbo esta mañana», pero la ofensiva »ha fracasado», según una fuente militar. Aparentemente las tropas de Ouattara, -las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI)-, no pudieron romper la resistencia de las de Gbagbo -las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS)- debido al armamento pesado del que aún disponen.

Alfred Kuasi, residente en la zona citado por la agencia africana APA, informó sobre bajas en los dos bandos y de la presencia de muchos cadáveres en las calles del barrio donde se encuentra el palacio presidencial. «El enfrentamiento es terrible, las explosiones son muy potentes y los edificios tiemblan», afirmó.

Intervención francesa

Varios tanques franceses también se encontrarían en la zona, aunque el testigo no aclaró si participaban en la ofensiva, que cesó por la tarde. París ha brindado a la misión de la ONU en Costa de Marfil (Onuci) apoyo logístico para responder a las tropas de Gbagbo, aunque el ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, negó que fueran a intervenir para expulsarlo. El ministro de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, achacó el fracaso de las negociaciones para el abandono de Gbagbo a la «intransigencia» del dirigente marfileño. Por su parte, un portavoz de Gbagbo, Ahoua Don Mello, acusó a las fuerzas francesas de participar en el asalto, que calificó como «intento de asesinato».

Don Mello declaró a Reuters que si el presidente no ha firmado los documentos puestos sobre la mesa por la ONU y el Estado francés es «porque no tienen base legal y jurídica». No obstante, apuntó el deseo de Gbagbo de decretar un alto el fuego y de iniciar conversaciones directas con Ouattara. El portavoz, insistió en que la solución a la crisis debe ser política y no militar. Gbagbo ya dijo el martes que no iba a reconocer a Ouattara como presidente, y reiteró que había ganado las elecciones.

Por su parte, los partidarios de Ouattara afirmaron que pretendían capturar «vivo» al líder marfileño, con el objetivo de que responda ante un tribunal por los crímenes cometidos.

Rechazo a la intervención

La intervención de la ONU y el Estado francés en Costa de Marfil está lejos de concitar la unanimidad entre los países africanos y empiezan a surgir divisio- nes. No todos piensan que se trate de «proteger a los civiles» y algunos hablan de «un insulto al derecho».

Sudáfrica ha pasado del apoyo a Ouattara a expresar su comprensión hacia Gbagbo y a sus posiciones iniciales. «No recuerdo haber dado un mandato a nadie para un bombardeo aéreo sobre Costa de Marfil», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane.

El presidente guineano Teodoro Obiang Nguema, indicó que las presiones de la UA para que Ouattara sea reconocido presidente «no implican una intervención de un Ejército extranjero». Angola también criticó la intervención francesa y el Gobierno camerunés expresó su defensa de «la no injerencia en los asuntos de una nación».

ANGOLA, CON GBAGBO

Aunque mostró su apoyo a la Unión Africana, Angola afirmó que considera a Laurent Gbagbo «presidente elegido constitucionalmente», y apostó por un Gobierno de unidad nacional.

El Tribunal de La Haya investigará las matanzas de Duékoué

El procurador del Tribunal Penal Internacional (TPI) con sede en La Haya, Luis Moreno-Ocampo, anunció ayer la apertura de una investigación de las «masacres cometidas de forma sistemática generalizada» en Costa de Marfil. Moreno expresó su «extrema preocupación» por el deterioro de la situación, sobre todo por las muertes ocurridas en el oeste del país. Según la ONU y varios organismos internacionales la toma de Duékoué, un importante enclave, por parte de las fuerzas de Alassane Ouattara, estuvo acompañada de grandes masacres con balances que pueden situarse entre los 330 y los mil muertos o desaparecidos.

«La oficina del procurador continúa recogiendo información con respecto a estos crímenes que habrían sido perpetrados por distintas partes del conflicto», precisó Moreno-Ocampo.

Pero apuntó que «si un Estado parte del Estatuto de Roma (adherido al Tribunal) somete la situación de Costa de Marfil al procurador del TPI, se puede abrir una investigación más rápidamente y preparar ya una solicitud de orden de detención contra los principales responsables». El examen preliminar de la investigación intenta establecer si los crímenes cometidos son competencia del Tribunal, instancia internacional encargada de perseguir los crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio. Costa de Marfil no ha firmado el Estatuto de Roma, pero reconoció el TPI en una declaración expresa en 2003, en referencia a sucesos de 2002 durante un intento de golpe de Estado contra Gbagbo. Ouattara reconoció al Tribunal de La Haya en noviembre de 2010, ha confirmado este reconocimiento y ha enviado su información sobre lo sucedido en Duékoué. GARA

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