CRíTICA música antigua
Cuando un italiano deja de ser original
Mikel CHAMIZO
Europa Galante ha actuado numerosas veces en Donostia en años pasados, dejando siempre un buen sabor de boca por la frescura, atrevimiento y calidad de sus versiones de música barroca italiana, pues tal es el repertorio que más a menudo les hemos escuchado por aquí y el que mayores elogios les ha valido por parte de la crítica internacional. En su visita del martes, no obstante, Europa Galante y su director Fabio Biondi nos ofrecieron algo muy diferente a las músicas de Vivaldi, Corelli y Caldara: la integral de las cuatro “Suites para orquesta” de Bach, que aunque no dejan de ser de lo más festivo y «comercial» que compuso el genio de Eisenach, exigen del público unos niveles de concentración mucho más elevados que el repertorio italiano debido a su complejidad y riqueza contrapuntística. Yo esperaba que Biondi fuera a arrancarse las vestiduras con unas versiones iconoclastas de estos cuatro monumentos bachianos, pero lo cierto es que se mantuvo siempre dentro de unos límites estilísticos bastante comedidos, por no decir ligeramente estandarizados. En cuanto a velocidades, dinámicas o fraseos, no hubo gran diferencia con algunas de las versiones referenciales que se grabaron de estas suites ya en los años ochenta. En lo que sí se mostraron más italianas las interpretaciones de Biondi fue en el aspecto tímbrico, no sólo por la propia sonoridad de los instrumentos originales sino porque el italiano incidió bastante en potenciar las originales texturas instrumentales que desempeñan un papel fundamental en estas obras festivas que a menudo se han abordado desde un punto de vista demasiado cerebral. Europa Galante sigue siendo un gran conjunto y las suites sonaron perfectas, pero el concierto resultó algo pesado y decepcionante y, al final, el público abandonó sus butacas bastante más rápido de lo que suele ser habitual.