La ONU consigue abrir un primer corredor humanitario en el oeste de Libia
Las operaciones para hacer llegar ayuda humanitaria a las miles de personas atrapadas por los combates en Libia, que según los rebeldes ya han dejado 10.000 muertos en dos meses, se aceleraron ayer tras la apertura del primer corredor humanitario en el oeste del país.
GARA | TRÍPOLI
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó ayer que ha logrado abrir por primera vez un corredor humanitario, a través del cual llevará asistencia alimentaria al oeste del país para los civiles afectados por el conflicto armado.
Un mes después del comienzo de la intervención internacional en Libia, el 19 de marzo, la situación que se vive en varias ciudades occidentales es dramática.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM), anunció ayer la apertura de un primer corredor humanitario en el oeste para poder asistir a miles de ciudadanos atrapados en los combates y muchos de los cuales están a la espera de poder huir.
En dos meses, el conflicto ya ha dejado 10.000 muertos y 55.000 heridos, según afirmó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, citando al jefe del Consejo Nacional Transitorio (CNT) libio, Mustafa Abdeljalil, recibido ayer en la capital italiana.
En Misrata, los rebeldes disparaban cohetes hacia las afueras de la ciudad, al encontrarse asediados por las tropas afines al coronel Muamar al-Gadafi, según un periodista de AFP, quien dijo escuchar aviones de la OTAN sobrevolar la zona.
Unas mil personas han perdido la vida en seis semanas en esta ciudad en los combates entre rebeldes y fuerzas leales a Gadafi, indicaron el lunes fuentes médicas.
Cerca de la frontera tunecina, la región montañosa de Al-Jabal al-Gharbi, bajo control de los rebeldes, fue objetivo de bombardeos intensivos de las fuerzas de Gadafi, que dejaron un centenar de muertos desde el domingo, indicaron el lunes habitantes de esta región del oeste cuya población es en gran parte bereber.
Un mes después del comienzo de la intervención aérea en Libia, la Alianza Atlántica se ve inmersa en un conflicto cuya salida no se vislumbra, mientras se pide armar a los rebeldes o a enviar tropas terrestres para enfrentar a la resistencia del coronel.
Sin embargo, los aliados reconocieron ayer que sus ataques aéreos sobre Libia tiene limitaciones en las zonas urbanas, donde el líder libio está camuflando armamento pesado entre la población. Pese a todo, el Gobierno francés, impulsor de la intervención en Libia, se mostró «hostil» al despliegue de fuerzas terrestres en Libia para guiar los bombardeos aéreos.
La salida del dirigente libio, en el poder desde hace 42 años y que enfrenta una revuelta que comenzó a mediados de febrero, se ha convertido en un objetivo común para la llamada comunidad internacional.
Sólo el diputado de IU, Gaspar Llamazares, se opuso ayer a la decisión del Congreso español de prorrogar 2 meses la operación en Libia -apoyada por el PNV y el Grupo Mixto, donde está integrado NaBai-. Los tres meses tendrán un coste de 43 millones de euros.
El secretario de Estado de Asuntos Exteriores español, Juan Antonio Yáñez, convocó al embajador libio en Madrid para redoblar las gestiones con el fin de lograr la liberación del fotógrafo Manu Brabo, retenido por personas afines al régimen de Gadafi.