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ESCLADA | Encadenamiento

Adam Ondra escala «Chilam Balam» con asombrosa facilidad

El escalador checo necesitó tres días para encadenar la vía de 82 metros y 400 movimientos.

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Andoni ARABAOLAZA

Tras su «paseo» a vista de seis vías de 8c+ de varias escuelas de Aragón, Cataluña y Euskal Herria, el joven escalador checo Adam Ondra ya nos había adelantado que, tras un descanso en casa, viajaría a Andalucía con un objetivo muy gordo entre manos: «Chilam Balam». Es decir, la propuesta de escalada más dura del mundo: 9b+.

Se trata de una línea abierta y encadenada por Bernabé Fernández en la cueva de Villanueva del Rosario (Málaga), nada más y nada menos que el 4 de julio del 2003. Una fecha histórica para la escalada deportiva pero, como cabía esperar, también muy polémica; y es que hasta aquella fecha el grado máximo asentado en deportiva era 9a con algún 9a+. Y un 9b, «Akira», de Fred Rouhling.

Sí, Fernández realizó una propuesta muy arriesgada para los tiempos que corrían pero, cómo son las cosas, tras algún que otro ensayo de Chris Sharma y Dani Andrada, los especialistas más fuertes del panorama internacional ni se han asomado por la cueva malagueña.

Revolución en dificultad extrema

Hasta que Ondra ha querido coger el toro por los cuernos y aclarar, entre otras cosas, que «Chilam Balam» es escalable y también muy, pero que muy, dura. Y eso hay que agradecérselo a este chaval de 18 años que está revolucionando la dificultad extrema en la escalada deportiva.

El checo se puso delante de esta vía que se presentaba como una de las más largas y difíciles del mundo, y en un abrir y cerrar de ojos se llevó la primera repetición ante la mirada del propio aperturista y primer encadenador y otras 30 personas que se acercaron para ver sus evoluciones durante el encadenamiento.

Y lo bueno de esta nueva historia del joven escalador ha sido la asombrosa rapidez con la que ha firmado «Chilam Balam»: ¡en 3 días! Y todo ello para una vía de 82 metros y casi 400 movimientos. Un dato esclarecedor: Fernández la trabajó durante tres intensas temporadas. Y, además, como si no fuera con él, nada más bajarse de la vía Ondra se embolsó un 8c+, «La Rubia», y un 8b+ a vista.

En definitiva, demostración de lo que es y puede hacer todavía. Creemos que el checo ha dado un buen espaldarazo a la visión que tuvo el escalador malagueño abriendo dicha ruta y ofreciendo a la comunidad escaladora una joya de muchos quilates.

«Es como si estuviera viviendo un sueño», aseguró Ondra nada más escalar la vía. Iba a por la vía más dura del mundo y no sintió ninguna presión. Y es que desde el primer pegue lo tuvo muy claro: «Esta vía es escalable». Y así empezó a probarla, con tanta tranquilidad y poderío que él mismo se quedó sorprendido con la rapidez del encadenamiento.

«La probé durante tres días, y me centré sobre todo en la sección más dura y difícil de la parte superior de la vía». Sí, aunque la línea comienza por un techo impresionante de más o menos 8c+, la clave del reto se encuentra en la sección superior que es más plaquera. «Se me resistió hasta que pillé un lateral clave. Después de tantos movimientos, al final te queda una sección de placa de unos 14 movimientos que puede ser de 7c+ de bloque».

Durante el tercer día de ensayos, a Ondra se le alinearon todas las estrellas de la buena suerte: «El último día sólo quería controlar todos los movimientos y secuencias , ya que, como adelantaba, la parte final es muy dura. Mientras escalaba, justo el pegue del encadenamiento, me di cuenta de que me sentía lo suficientemente fuerte. Estaba escalando con unas sensaciones muy buenas, e iba tan bien que decidí darlo todo y al final la encadené».

En total fueron unos 35 minutos de dura escalada para llevarse aquella propuesta de Fernández que la dejaba en 9b+. El propio escalador se mostraba muy sorprendido con el poderío que demostró en «Chilam Balam»: «Fue una auténtica sorpresa, ya que cuando fui para allí me daban solamente un 1% de probabilidades para firmar la vía. Yo ya sabía que era posible escalarla, que era una cuestión de tiempo, pero creía que me iba a costar más hacerla».

En opinión de Ondra, es un 9b

Tras acabar, el morbo sobre su opinión en torno a la graduación de «Chilam Balam» se convirtió en el principal foco de interés, debido al sello polémico de la vía. Parecía que el espectáculo de la escalada ofrecida por Ondra pasaba a segundo plano y que el protagonismo principal y casi único era «¿qué dirá sobre el grado?».

Pues bien, el joven checo, ¡cómo no!, también se ha mojado, y no ha tenido ningún reparo en afirmar tanto a Fernández como a la comunidad escaladora que cree que «Chilam Balam» es 9b: «Creo que es un 9b normal, un 9b suave, pero tengo claro que no es un 9a+. Para mí, «Chaxiraxi» (9b, Oliana) y «La Capella» (9b, Siurana) son probablemente más duras». Eso es lo que ha señalado Ondra, tras Fernández, el único capaz de encadenar «Chilam Balam». A pesar de su juventud sabemos que su opinión vale y mucho, pero quizás debamos esperar también a otros posibles repetidores para, si se puede, consensuar finalmente la graduación de la espectacular «Chilam Balam».

Y el morbo no solo se quedó en el aspecto de la graduación. En diversos medios españoles también se le ha preguntado si cree que Fernández escaló o no la vía: «No había marcas de goma en las presas de pie que son obligadas. Es un poco raro, pero han pasado tantos años y ha llovido tanto...».

Bernabé Fernández no se columpió

Adam Ondra se ha ganado este espacio en nuestras páginas por este impresionante encadenamiento, pero queremos aprovechar la oportunidad para recordar también a Bernabé Fernández, el aperturista y primer encadenador de «Chilam Balam». Y queremos hacer una referencia porque creemos que el escalador andaluz ha sido desgraciadamente vapuleado por hacer aquella propuesta de 9b+. Sí, para aquellos tiempos, el 2003, parecía una propuesta descabellada, pero sin duda hay que contextualizarla.

Y para ello echamos mano de la entrevista que hicimos a Fernández en estas mismas páginas después del encadenamiento. Unas respuestas que después de la primera repetición de Ondra siguen muy vigentes.

No reproduciremos la entrevista en su totalidad, pero sí nos centraremos en algunas de las opiniones que el andaluz trasladó a GARA. Para empezar, cabe subrayar que Fernández no solo fue un visionario en su tiempo, sino también el escalador deportivo del Estado español más en forma en su momento. Y lo decimos porque fue el primer escalador en la Península en hacer 8c, 8c+, 9a y 9a+.

Sobre la propuesta realizada de «Chilam Balam», antes de nada la contextualizaba: «Hay que tener en cuenta que el futuro de la alta dificultad está en la resistencia, no en la potencia. La potencia tiene su límite; llegará un momento en el que, por ejemplo, en una vía de 10 metros de un grado extremo no te podrás agarrar a las presas, ya que serán muy pequeñas. Pues qué haces, le metes más metros con agarres más grandes y más reposos. Me he pasado todos estos años buscando este tipo de líneas».

La verdad es que acertó, Y por eso, sin ningún lugar a dudas, podemos asegurar que estamos ante un visionario. Por ejemplo, el francés Fred Rouhling realizó para «Akira» una propuesta de 9b. Pero esta vía no tiene nada que ver con «Chilam Balam», ya que es mucho más corta, totalmente a bloque y se puede escalar sin cuerda.

Y antes de entrar en la susodicha graduación de la vía, Fernández nos la esbozaba: «Ya en la tercera chapa me encontré con uno de los pasos más complicados. La salida, la última chapa, también tiene otro paso. De chapa a chapa siempre hay algo. Su característica principal es: paso-continuidad-paso-continuidad. También tiene reposos; de los que te sueltas las manos un par».

Visto lo visto, con 82 metros por delante y casi 400 movimientos, llegaba la hora de la propuesta: «He dudado entre 9b y 9b+. Si no tuviera el paso de la última chapa lo hubiera dejado en 9b, pero las dos últimas chapas le meten ese punto. Ya sabía dónde me metía proponiendo 9b+, pero ya sabes cómo es esto, siempre lo he hecho igual. Haces un proyecto, intentas dar una graduación lo más honrosa posible y con el tiempo se confirma o se decota. Lo mismo pasó con «Harakiri (8c), «Mojave» (8c+) y «Orujo» (9a+). Esta última no la ha repetido nadie. A «Orujo» también le echaron mierda encima y ahí sigue. A la gente le gusta hablar antes de tiemp», señalaba Fernández.

Y, sí, este escalador ha dejado más que claro que no se ha columpiado en absoluto, que no vendió absolutamente nada y que finalmente el primer repetidor sólo la ha decotado un +. Así pues, si se queda en 9b estamos ante una noticia de primer orden: Fernández fue el primer escalador del mundo que escaló una vía de esa graduación; «Akira» sigue siendo una incógnita. Y hay que tener en cuenta que fue hace 8 años, ¡en 2003!. De nuevo la comunidad escaladora tendría que quitarse el sombrero ante Fernández.

Para terminar, también quisiéramos recoger la opinión de un escalador de la talla de Chris Sharma. En una entrevista concedida hace dos años a GARA nos hablaba de «Chilam Balam»: «La probé y me gustaría volver -su intención era ir a probarla con Ondra, pero no pudo hacerlo por problemas de agenda-, ya que ahora tengo más tiempo. La probé hace tres años, y en aquel momento no estaba a tope en deportiva. La vía es dura, larga y difícil de saber sobre su dificultad. Tiene muchas secciones, pero, al mismo tiempo, muchos reposos. Es una vía visionaria y futurista, Me motiva la vía y me da igual si la escaló o no. Bernabé tuvo una visión».

Andoni ARABAOLAZA

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