Behorlegi «el Txindoki de Iparralde»
JESÚS Mª ALQUÉZAR
En Mendia 15-2-2010 proponíamos el Ibiladi «Una vuelta al Behorlegi. En aquella preciosa excursión intimamos con este montañón y observamos su arista NW, la vía excursionista más directa a su preciada cima, de manera que supuso una ascensión deseo.
Miguel Angulo, en su ya antiguo libro «Guía del Pirineo Vasco», que data del año 1990 y sin embargo contemporáneo, escribe de esta salida que se trata de una «ascensión ruda y soberbia, por la arista que domina Behorlegi. Pendientes herbosas excesivamente empinadas, barreras rocosas contorneables por corredores que pueden estar resbaladizos. Desaconsejado cuando el terreno está húmedo».
Tras cruzar el pueblo de Behorlegi, Etxeberriborda -es el último caserío en ruinas, consecuencia de un incendio, y data de 1849-, es el punto de inicio. Los montañeros caminarán unos metros para encontrarse con una encrucijada de caminos y deberán seguir a la izquierda, por el borde de la alambrada de un cercado prado pastoril.
Lo mas lógico es intentar salvarlo para situarse en el filo de la arista. Pero no es fácil cruzarlo, por lo tanto, si no se ve la posibilidad, deberá seguir la pista, y abandonarla para seguir por caminos de ganado paralelamente a la erreka para salvar el barranco por su cabecera.
Una vez en el espolón se debe inclinar a la derecha, por fuertes pendientes, para situarse por fin en el vértice de la cresta. Y aquí comienza lo bueno.
El mendizale se enfrenta a una larga vertiente muy empinada de hierba que en ciertas épocas del año puede estar muy alta, con lo que ello supone. Es un muro por donde no discurre camino alguno en su primera parte. No hay descanso hasta la cima, son 1.000 metros de desnivel en dura pendiente. En cada paso se salva un metro de altura pero, sin prisa y sin pausa, el mendizale gana altitud sorprendentemente. Es necesario echar la vista atrás para disfrutar del recorrido efectuado, y del valle desde donde se ha partido.
A los 800 m. se llega a una barrera rocosa, protegiendo la entrada a la parte boscosa de la cresta, que puede salvarse directamente trepando por el roquedal (II), pero es más operativo inclinarse a la derecha, bordeando la barra por un sendero firme de ganado hasta encontrar 150 m. después el paso natural.
Esta puerta coloca al deportista en el hayedo, y de nuevo aquí tiene el montañero dos posibilidades, progresar por el filo de la cresta, dominando la aguja de Olazarre, o eludirla por la izquierda, progresando lenta y prudentemente por la empinada cara NE hasta alcanzar el referente collado de Haritxarte, donde se sitúan las bordas pastoriles. A la derecha se encuentra la vieja en ruinas, y la moderna blanca a la izquierda.
El montañero está a 1.000 m. de desnivel y se le antojará, seguro, que la cima está próxima y que la alcanzará con extrema facilidad. Hay una impresión de que la cuesta se tumba, y sin embargo el acercamiento se hace penoso y duro, dado que quedan 265 m. por una senda -el excursionista está en la vía normal- bien pisada que le conduce al rocoso, poco seguro y largo tramo final de la desnuda cresta, en cuyo extremo se pisa la cima de esta cotizada montaña, que ofrece un panorama insuperable.
Tras el merecido descanso y disfrute, toca regresar, y sugerimos dos fórmulas. Primero hay que volver al collado de Haritxarte, bien por la arista o, para variar, que es lo bonito, por la herbosa ladera NW, la que da hacia al collado de Landerre, y sin llegar allí, al nivel de los 1.000 m. se deriva a la izquierda NW por pisada senda de ganado hasta el citado collado.
Y queda aún al montañero la fiesta final. Desde Haritxarte a la izquierda seguirá un bien lazado camino pirenaico que rápidamente le conduce al col de Egurtze, con bucólica majada pastoril. A la derecha, en el bosque nace una travesía en descenso sobre antiguo camino tallado en roca, dominando la cresta aérea del monte. Muy «cairnada», conduce al mendizale, en una ruta considerada como una de las más bellas del País Vasco, hasta Etxeberriborda, en las cercanías del pueblo Behorlegi, de donde proviene el nombre de este piramidal pico.