En Misrata, asediada durante semanas y escenario de combates entre rebeldes y leales a Muamar Gadafi, al menos cinco personas de una familia nigeriana murieron ayer en un bombardeo del puerto. Eran algunos de los 900 refugiados que esperaban ser evacuados. Después de una dura jornada, el régimen libio anunció su disposición a prolongar «uno o dos días» el ultimátum que había dado a los rebeldes para que se rindieran.

El viceministro de Asuntos Extranjeros, Khaled Kaim, estimó que había «signos positivos», al afirmar que 400 personas han depuesto las armas.

Mientras Gadafi da señales de querer aflojar la presión sobre Misrata con la prórroga, un barco fletado por la Organización Internacional para los Inmigrantes (OIM) pudo acceder para descargar ayuda y embarcar a un millar de refugiados bloqueados en la que llevaban cuatro días esperando que se suavizaran las amenazas sobre el puerto, aunque los disparos de cohetes hicieron interrumpir la operación y causaron el pánico.

La penuria de productos de primera necesidad se agrava tras varios días de bloqueo de la única vía de aprovisionamiento de víveres y armas.

En Trípoli, se volvieron a escuchar varias explosiones en la noche del martes. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, aseguró que el objetivo de la intervención en la capital «no es matar a Gadafi» sino objetivos militares, y sólo reconoció «un daño colateral» con la muerte del hijo del dirigente libio. «Espero que esto dure como mucho algunos meses, pero es prematuro hablar de estancamiento», añadió. Por su parte, el Congreso italiano exigió ayer un plazo máximo para poner fin a las intervenciones militares.

Roma acoge hoy la segunda reunión del grupo de contacto sobre Libia. Italia y EEUU plantearán un fondo de financiación para los rebeldes libios, tras la demanda por parte de los insurgentes de 3.000 millones de dólares congelados al Gobierno libio. El Estado francés va a proponer la organización de una conferencia para preparar la transición política.

Por otro lado, el fiscal del Tribunal Penal Internacional, Luis Moreno-Ocampo, anunció la emisión de tres órdenes de arresto contra dirigentes libios y dijo disponer de «pruebas sólidas» de crímenes contra la humanidad. Aunque no divulgó los nombres de los afectados, es probable que el propio Gadafi esté entre ellos.