La ONG Setem reveló ayer que las bombas de racimo MAT-120 fabricadas por la empresa española Instalaza en 2007 y usadas por las tropas de Gadafi para bombardear Misrata fueron financiadas al menos por ocho bancos españoles.

En un estudio elaborado dentro de su campaña «Bancalimpia.com Somos clientes, no cómplices», indicó que Cajalón (grupo Caja Rural), Caja España, Caja Mediterráneo, Bankinter, Ibercaja, Banco Popular, Banco Sabadell y La Caixa participaron en la financiación de Instalaza a través de préstamos que alcanzaron los 12 millones de euros, el 37,7% de sus activos.

Instalaza detuvo la fabricación de bombas racimo cuando el Gobierno español prohibió su producción en 2008. El estudio ha sido elaborado por la consultora holandesa Profundo Economic Research, que analiza la implicación de entidades financieras del Estado español en la financiación de armas controvertidas, como minas antipersonas, nucleares, biológicas o químicas.

Este informe indica que desde 2006 «14 bancos españoles están implicados financiera y económicamente en 19 de las principales empresas fabricantes de armas controvertidas y prohibidas».