Los países reunidos bajo el acuerdo Schengen decidieron ayer abrir la veda para el posible restablecimiento de las fronteras interiores, y prohibir, de ese modo, la libre circulación de personas cuando así lo crean conveniente.

La noticia de la decisión la dió la comisaria europea de Inmigración, Cecilia Malmström, que a la vez de detallar los pormenores del acuerdo, criticó la postura y la presión ejercida por Francia después de la afluencia de inmigrantes a Europa que huyen de los altercados de los países árabes. Francia ha presionado estos días para que se tomara alguna medida, a lo que Malmström respondió que 25.000 inmigrantes no son suficientes para «exigir medidas excepcionales», y dijo esperar en contrapartida algún gesto de apertura de París en materia de asilo.