Persecución al independentismo
«El TC lo tiene fácil, le basta con apoyarse en el voto particular del TS»
Javier Pérez Royo (Sevilla, 1944) es uno de los más reconocidos expertos del Estado, y se ha publicado que asesoró a Sortu para sus estatutos. Considera que en el caso de Bildu se han impuesto los «prejuicios» frente a las consideraciones legales. Mantiene su confianza en el Constitucional, pero sin tenerlas todas consigo.
¿Qué va a ocurrir antes de la medianoche de hoy?
Espero y deseo que el Constitucional entregue el amparo. Pero también me resultaba difícil de entender que el Supremo dijese que no a Bildu. El Supremo ha sido capaz de obviar todo razonamiento o naturaleza jurídica para tomar esa decisión y espero que no lo haga el Constitucional. Aunque, la verdad, no tengo ninguna información sobre lo que pueda pasar.
En la mayoría de la sociedad vasca existe la convicción de que la sentencia obedece a un interés político...
Está claro que tiene un impacto electoral. Ya lo ha tenido, tanto electoral como político. Ahora mismo existe un gobierno en la Comunidad Autónoma Vasca que no se hubiera producido nunca si la izquierda abertzale tuviese presencia en el Parlamento Vasco.
¿Cuáles son los argumentos jurídicos que puede utilizar el Constitucional para avalar la participación política de la izquierda abertzale?
Jurídicamente lo tienen muy fácil. Le basta con apoyarse en el voto particular emitido en el Supremo. Éste desmonta la sentencia con tal contundencia y con tal claridad jurídica que, realmente, para el Tribunal Constitucional no es difícil. Y si no lo resuelve, aunque sea con el tiempo, la condena en Estrasburgo va a ser brutal. Esta sentencia es infumable. El Tribunal lo tiene difícil políticamente, porque va a estar sometido a una presión extraordinaria. Me imagino que ya estarán haciendo el historial de todos los magistrados que tendrán que intervenir, analizando los puntos débiles en los que puedan presionar.
¿Piensa que los magistrados ya han podido recibir la visita de enviados del Gobierno español para marcarles el sentido de su voto?
No es tan sencillo, aunque la presión se hace. Cada uno de estos jueces vive en un ambiente y sabe lo que se juega desde el punto de vista personal cuando está adoptando una decisión como ésta. Además, la derecha sabe hacer muy bien la presión. Lo que está claro es que este caso no ayuda a pensar que la Justicia administra efectivamente justicia.
Menciona al PP, pero muchos miembros del PSOE también han aplaudido el veto a la izquierda abertzale.
En el PSOE hay gente que comparte este discurso, como el señor Peces-Barba, que seguro que apoya la decisión del Supremo. Pero no existe una posición unívoca que sí tiene el PP. Si salimos de Euskal Herria, y en menor medida en Catalunya, si se sometiese a referéndum, la izquierda abertzale no iba a las elecciones. Pero ésa es la barbaridad, esto tiene que ser administrar justicia.
Se ha mostrado convencido de que esta sentencia recibirá el castigo de Europa. ¿Podrían llegar a anularse las elecciones?
No. Eso es imposible. Si las elecciones se celebran sin Bildu, no se pueden anular. Podría haber una condena del Estado español, pero la reparación sería prácticamente imposible. Las sentencias del TEDH no anulan situaciones anteriores, sino que imponen una indemnización por los daños causados.
Se ha mostrado muy crítico con el proceso que terminó con el veto a Bildu.
El auto sobre Sortu y la sentencia sobre Bildu son decisiones en las cuales la mayoría parte de un prejuicio: el que dice que no ha pasado nada entre 2003 y 2011. Se sustituye el análisis jurídico por un relato en el que no se hacen valoraciones de la prueba, sino que se van cogiendo distintos documentos y se van editando para que cuadren con el prejuicio con el que se construye la sentencia. Resulta difícil tener respeto a un tribunal cuando dicta una resolución como ésta.
¿Observa indefensión?
Eso ya lo planteó Iñigo Iruin en el caso de Sortu. ¿Qué el informe policial es una prueba? ¡Qué va a ser prueba! No hay manera de contrastar su veracidad ni su objetividad. Y hubo una manipulación por parte de la Policía y de la Guardia Civil en la elaboración de determinados informes. Solamente dieron la información al Tribunal sobre lo que a ellos les interesaba.
Una de las preguntas que se hace la ciudadanía vasca es qué es lo que tiene que hacer la izquierda abertzale para estar presente en las elecciones si tampoco es aceptada cuando acata una norma injusta como la Ley de Partidos.
Con la decisión del Supremo no hay manera alguna. El argumento de la mayoría de los jueces es que quienes antes apoyaban la violencia son los mismos que ahora la rechazan. ¡Claro! ¿No quedamos en que era eso de lo que se trataba? Los dirigentes tienen que ser los que han estado en la izquierda abertzale en los últimos años, que son los únicos que tienen autoridad para que la gente los siga. Si voy yo, a mí no me sigue nadie.