La empresa automovilística Epsilon Euskadi fue creada en 2003 por el ingeniero de Fórmula Uno Joan Villadelprat con la idea de utilizar la competición automovilística como herramienta para estimular la formación y la innovación tecnológica. En 2008 dio el gran salto al trasladar sus modestas instalaciones de Azkoitia al Parque Tecnológico de Miñano en Araba, donde, con la ayuda del Gobierno de Ibarretxe, estrenó unas modernas instalaciones de 17.000 metros cuadrados, que albergan el primer túnel de viento para estudios aerodinámicos del Estado.

Pero su elevado coste -60 millones de euros- ha hecho que los problemas financieros no dejen de perseguir al proyecto del ingeniero catalán. Las subvenciones recibidas fueron importantes, 6,5 millones de euros, pero más aún los créditos y avales públicos a devolver, cerca de 40 millones. Hace ahora tres años, el propio Viladelprat reconocía que, «en lugar de estar haciendo ingeniería pura, estamos haciendo ingeniería financiera».

Una de las esperanzas del responsable de Epsilon para despegar definitivamente era la obtención de licencia para participar en el Mundial 2011 de Fórmula Uno, la máxima expresión de la competición automovilística y tecnológica. Pero la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) anunció en setiembre del pasado año su decisión de dejar vacante dicha licencia, para la que Epsilon había presentado su candidatura. Este revés hizo desistir al principal inversor, por lo que Epsilon volvió a sumergirse en los números rojos.

El pasado mes de marzo, la compañía vasca presentó un procedimiento preconcursal ante un juzgado de lo mercantil, tras el cual la empresa dispone de cuatro meses para llegar a un acuerdo particular con sus acreedores con el objetivo de retrasar el pago de sus créditos y disipar así el riesgo de quiebra. Si fracasa, el juez tendrá que designar un administrador concursal.

Entretanto, Joan Viladelprat fue convocado el pasado martes a la Comisión de Industria del Parlamento de Gasteiz para aclarar la situación financiera de Epsilon, habida cuenta de las grandes ayudas públicas recibidas.

En la reunión, se hizo público que Epsilon Euskadi, desde que se trasladó a Miñano, ha generado más de 7 millones de euros en pérdidas. Además, se estudia la legalidad de las garantías concedidas por el parque tecnológico para cubrir la hipoteca solicitada por Epsilon en 2008 por importe de 16 millones de euros. Caja Vital y Kutxa, las dos entidades con las que Epsilon tiene esas hipotecas, han decidido no aplazar el pago de los intereses y también han decidido no conceder otro préstamo de un millón de euros que había solicitado la empresa.

Proyecto «vivo»

En su comparecencia, Viladelprat admitió la delicada situación que atraviesan, que achacó a la crisis económica mundial, pero insistió en que el proyecto está «vivo» y que actualmente está negociando con cuatro posibles inversores extranjeros, uno de China, otro de Estados Unidos y dos más del Golfo Pérsico. «Vamos a encontrar una solución, pero necesitamos tiempo para las negociaciones», señaló.

Para garantizar la viabilidad del proyecto, el nuevo socio debería inyectar unos 50 millones de euros y aportar la suficiente carga de trabajo.

De momento, en el Departamento de Industria del Gobierno de Gasteiz no quieren correr más riesgos y se muestran desconfiados respecto a la situación de la firma de Villadelprat, dado que la empresa no comunicó los problemas que estaban afrontando.

Son conscientes de que Epsilon es la empresa en la que más riesgo tiene el Departamento, accionista mayoritario a través de la SPRI, pues podrían tener que pagar hasta 24 millones, en función del volumen de impagos. Este lunes comparece el consejero para explicar la posición de su Ejecutivo ante este enrevesado asunto.