itxako, ante el mayor reto de su historia
Entremezclados con los educados y amables vikingos
Natxo MATXIN
No es lo habitual en Larvik. Sol, agradable tempe- ratura y una cierta animación social en las calles. Coincidió ayer con el día de las confirmaciones noruegas -de tradición protestante-, en las que los adolescentes se visten con el traje nacional, y, como añadidura, los aficionados de Itxako pusieron el toque de color a la ciudad costera.
Tras haber tomado posiciones el viernes con su llegada vespertina, el grupo de seguidores lizartarras dedicó la mañana a transitar por su casco urbano, hacerse notar con sus cánticos y celebrar una comida todos juntos en un céntrico restaurante antes de encaminarse rumbo al Larvik Arena.
Un coqueto pabellón donde los hinchas escandinavos siguieron haciendo gala de su corrección y cortesía, aunque menos acertados que los amarillos a la hora de seguir el ritmo de la música de los Village People y su famoso «YMCA», y los nuestros más acostumbrados al festejo. Ataviados con cuernos vikingos y esquilas, la afición local necesitó de la ayuda extra de un animador -uniformado con un rechinante traje azul a cuadros- antes del inicio para adoctrinarles sobre las consignas a gritar durante el choque.
Sin embargo, la afición noruega tuvo que esperar hasta la segunda mitad, dada la magnífica primera parte que firmó Itxako y que hizo disfrutar al más de medio centenar de hinchas amarillos desplazados. Después, la alegría fue por barrios, aunque el sentir generalizado es que todo el mundo acabó contento con su equipo, sabedor de la máxima dificultad que encontró en el rival. Además, el que el aviso de incendio quedase sólo en un susto fue casi como poner el broche de oro a un envite que tendrá reválida.