La muerte de Bin Laden recrudecerá la ofensiva talibán iniciada en Kandahar
Los insurgentes talibán en Afganistán llevaron a cabo ayer una serie de ataques a edificios de la administración en Kandahar, entre ellos el del gobernador de la provincia, causando dos muertos y casi treinta heridos. Los talibán habían advertido que la muerte de Osama Bin Laden recrudecería su lucha contra la ocupación, aunque aseguraron que los ataques de Kandahar estaban preparados hace semanas.
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Poco después de que los talibán afganos advirtieran que la muerte de Osama Bin Laden revitalizaría su lucha contra los ocupantes, llevaron a cabo una serie de ataques contra objetivos gubernamentales en Kandahar, aunque indicaron de que estaban preparados hacía varias semanas. Al menos murieron dos personas y otras 29 resultaron heridas.
Las autoridades dieron cuenta de diez explosiones en Kandahar, seis de ellas en atentados suicidas. Entre ellas se encontró la oficina del gobernador de la provincia de Kandahar, que recibió el impacto de dos cohetes.
Hombres armados ocuparon varios edificios, entre ellos un hotel cerca de la sede local de los servicios de información afganos, mientras que varios suicidas intentaron volar dos comisarías de policía, aunque las fueras de seguridad los mataron antes de que lo consiguieran.
A los atentados siguieron enfrentamientos con armas ligeras, que duraron unas cuatro horas y en los que también participaron fuerzas de la OTAN.
Yusuf Ahmadi, portavoz de los talibán, aseguró que los ataques corresponden a la ofensiva de primavera, planificada hace tres semanas y no tienen relación con la muerte de Bin Laden. No obstante, lo talibán habían advertido de que «el martirio del jeque Osama dará una fuerza renovada a la jihad contra los ocupantes» y «abre la vía a nuevos mártires».
Al Qaeda promete venganza
En cambio, el presidente afgano Hamid Karzai, aseguró que los atentados eran «una venganza de extremistas» por la eliminación de Bin Laden. También Al Qaeda juró continuar con «la jihad» para vengar a Bin Laden, en el primer comunicado que confirma la muerte de su líder.
En el texto, fechado el martes, Al Qaeda promete que la sangre de Bin Laden «no se verterá en vano y será una maldición para los americanos y sus agentes». Además, se compromete a continuar con al jihad «por grupos o individualmente».
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condecoró a los miembros del comando que llevó a cabo la operación contra Bin Laden, y aseguró que se había «decapitado» a la organización, ya que EEUU le otorga un papel más relevante que un liderazgo simbólico. El jefe de los servicios secretos pakistaníes (ISI), Ahmed Shuja Pasha, se encuentra en EEUU, donde su organización es la diana de todas las críticas. Una fuente de seguridad occidental dijo a Efe que lo probable es que Washington haya convocado a Pasha dentro de su política de presión al ISI.
Por otro lado, el jefe de la diplomacia iraquí Hoshyar Zebari, consideró probable que Al Qaeda traslade también a Irak su venganza por la muerte de Bin Laden.
Aqmi, Al-Qaeda en el Magreb, ha negado toda implicación con el atentado del 28 de abril en Marrakech. «Aunque entre nuestras prioridades figuran los ataques contra los judíos y los cruzados, y contra sus intereses, nos reservamos elegir el momento y el lugar, que no estarán en contradicción con los intereses de la nación (musulmana)», añadió Aqmi en un comunicado.
El Pentágono reveló ayer cinco vídeos domésticos de Osama Bin Laden hallados en la vivienda asaltada de Abbottabad. Aunque las autoridades de EEUU los presentaron sin sonido, aseguraron que en ellos el jefe de Al Qaeda ensaya discursos propagandísticos y los revisa en televisión.
El imán yemení Anwar Al-Aulaqi, al que Estados Unidos acusa de «terrorismo» y un supuesto dirigente de Al Qaeda escaparon el jueves de un ataque estadounidense al sur de Yemen, según confirmaron a France Press un miembro de la tribu Awalaq, a la que pertenece el imán, y un responsable de la administración local. El misil se lanzó desde un avión no tripulado en un ataque que EEUU llevó a cabo cuatro días después de la operación para matar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en Pakistán. «Anwar Al-Aulaqi y un dirigente saudí de Aqpa (Al-Qaeda en la península arábiga) salieron indemnes de un misil contra el vehículo en el que circulaban en Abadane» en la provincia de Shabwa, declaró la citada fuente. El vehículo resultó dañado y el imán prosiguió el viaje en otro coche, según el responsable de la administración, que aseguró que un segundo misil mató a dos activistas de Aqpa en el mismo lugar. Habitantes del lugar los identificaron como los hermanos Abdallah y Moubarak Al-Harad. El ministro yemení de Defensa anunció la muerte de dos jefes de Al-Qaeda sin más precisiones.
Washington considera a Anwar Al-Aulaqi como una amenaza mayor que Bin Laden y lo relaciona con el nigeriano Omar Faruk Abdulmutallab, autor del atentado del 25 de diciembre de 2009 contra un avión estadounidense, así como con el atentado de 2009 en la base de Fort Hood, Texas.
Estados Unidos utiliza aviones no tripulados en Yemen desde hace varios meses para vigilar a los que considera elementos de Al Qaeda, organización cada vez más activa en ese país. GARA
