Al menos siete miembros del Ejército tailandés fallecieron ayer a causa de dos ataques, según aseguraron las autoridades, llevados a cabo por rebeldes del movimiento islámico de la zona.

El primer ataque se produjo en la provincia de Yala, cuando un vehículo militar fue alcanzado por un artefacto explosivo colocado en el arcén. Tres militares resultaros muertos, a la vez que otros dos padecieron heridas de grave consideración. Diez minutos más tarde, en la provincia vecina de Pattani, otra explosión causó la muerte de otros cuatro militares y el ingreso en el hospital provincial de otros cinco.

Los ataques de ese tipo se suceden en el sur de Tailandia, donde ni los cerca de 31.000 efectivos desplegados en la zona ni la declaración de estado de excepción consiguen normalizar la situación.