No hay en toda Italia nadie más feliz que Marco Pinotti. El ciclista del HTC Highroad lucía con orgullo el maillot de pentacampeón de su país contra el crono, pero a esa segunda piel puede añadirle otra para colmar su alegría: la primera maglia rosa del Giro 2011. Todo ello, en el marco de los fastos del 150º aniversario de la unificación de Italia.

La carrera transalpina comenzaba ayer con una contrarreloj por equipos entre Venaria Reale y Turin, casi 20 kilómetros para desentumecer los músculos. En la prueba, el HTC Highroad cumplió con los vaticinios que lo daban como favorito, superando al Radioshack y al Liquigas de Vincenzo Nibali, el mejor parado de entre los favoritos.

El equipo de Pinotti y Cavendish voló a más de 55 kilómetros por hora de media, marcando los mejores registros desde el inicio, y mostrando además una regularidad a prueba de bomba.

La sorpresa positiva la dio ante todo el Omega Pharma-Lotto, que salió en primer lugar y retuvo la posición cabecera hasta la llegada del Highroad -hasta 13 equipos entraron en meta antes de ser desbancados-, acabando en tercera plaza empatado con Liquigas. Equipos como Lampre, Rabobank o el Saxo Bank de Contador también cumplieron el expediente, manteniéndose a medio minuto de Pinotti y a sólo ocho segundos de Nibali.

Decepciones

Una vez más, Euskaltel-Euskadi decepcionó en la crono por equipos. El conjunto liderado por Igor Antón sigue sin acertar a tomarle el pulso a este tipo de pruebas, y fue el último clasificado, a un minuto y 13 segundos del ganador de etapa.

No fue el cuadro naranja el único equipo que causó una mala impresión. El Katusha de Joaquim Rodríguez también realizó una muy mala crono por equipos, con hombres que se descolgaban a las primeras de cambio y que después sufrían horrores para volver a tomar la rueda. El Astana de Roman Kreuziger y el Geox de Carlos Sastre y Denis Menchov también defraudaron, acabando a más de 50 segundos del vencedor de la etapa.

Tras este arranque, el Giro vivirá hoy su primera etapa en línea: 244 kilómetros entre Alba y Parma, una jornada ideal para los sprinters -Cavendish podría ser el siguiente líder de la prueba- a pesar de que los corredores deberán superar una cota puntuable, situada a 34 kilómetros de la meta.