El reparto de un «porno live show» requiere dominio del cuerpo y para mostrar una verdad escénica interiorizada. Dotes y técnicas. En este caso no hay sexo explícito, se trata de una suerte de espectáculos X, light, con vídeos más hard y momentos de convivencia de solitarios en directo por los chats de contactos. Lo que fundamenta esta propuesta es la actitud de los tres intérpretes. Los matices que aportan. Con un texto mínimo, demasiado casual, nos encontramos con la matización y cercanía de Juan Otero, divertido, cercano, teatral; la autenticidad burraca de Jon Koldo Vázquez y el descubrimiento de una bestia escénica, de una brava actriz que comunica, que sabe distanciarse de lo que hace, que interpreta con soltura, se transforma y canta de maravilla: Raketa Brokobitx. Es el centro del montaje, la luz en ciertas oscuridades, el pulso, la auténtica pulsión que levanta el erotismo teatral.