Un lago en el corazón de Euskal Herria
El lago de Senpere volvió a acoger a decenas de miles de euskaltzales llegados desde todos los herrialdes de Euskal Herria para participar en una nueva edición de Herri Urrats. Una cita que familias enteras tienen marcada en rojo en el calendario desde 1984 y a la que algunos llegaron mirando al cielo, sin poder olvidar la tormenta que se desató en la edición anterior. Ayer, el tiempo acompañó y en torno al emblemático lago labortano se reunió todo un mundo, con el objetivo común de ayudar a las ikastolas de Ipar Euskal Herria.
Hace menos de un mes, la imagen del Boulevard donostiarra abarrotada en la última etapa de Korrika 17, representaba la capacidad que tiene este pueblo de sacar adelante retos que serían inabarcables en cualquier otro lugar. Herri Urrats es otro de esos retos, otro ejemplo del grado de compromiso y de activación social existente en esta tierra. Y es que, si la participación de miles y miles de personas en movilizaciones en favor del euskara y de las ikastolas es gratificante, es el trabajo que está detrás de todos esos eventos el que hace realmente única a la sociedad vasca. Un trabajo voluntario, en el que participan numerosas personas sin pedir nada a cambio y cuya recompensa más deseada es que cuando llegue el día todo salga bien. Herri Urrats no es, por tanto, sólo un domingo de fiesta, y tampoco una jornada más de reivindicación por el euskara, sino que es un ejemplo perfecto de la energía que atesora y a veces desborda este país.
Vivimos, qué duda cabe, momentos de cambio político y de activación social, tal como quedó demostrado el jueves pasado en Bilbo e Iruñea. Asistimos a jornadas de calle y de movilizaciones, a días de cierta efervescencia y emociones desbordadas. Y es precisamente en estos momentos cuando más necesario resulta reconocer y aplaudir el trabajo sostenido que en diversos ámbitos y durante tantos años han llevado a cabo muchas personas sin cuya labor encararíamos este nuevo escenario en una situación muy diferente. Senpere fue ayer un lago en el mundo, y Herri Urrats un motivo de orgullo para Euskal Herria.