EHNE Bizkaia ha encendido ya todas las alarmas sobre el sector de vacuno de leche. Según explica el sindicato agrario, se encuentra «al límite de la supervivencia». Advierte de que el sector sigue siendo importante para Euskal Herria, por lo que cree que se debe dar un giro de 180 grados para garantizar un sector pegado a la tierra, a la población y que tenga garantías de futuro con unos precios que permitan vivir al baserritarra y con un esfuerzo por garantizar el medio natural, imprescindible para tener futuro. Estas reflexiones de EHNE Bizkaia se expusieron en una jornada reciente en Karrantza.

Desde 2002 al 2010 han desaparecido en Hego Euskal Herria el 56% de las explotaciones dedicadas al sector de vacuno de leche. De 1.850 explotaciones, se ha pasado a 819. EHNE Bizkaia alerta sobre el futuro del sector porque «se encuentra en una situación crítica y extrema», por lo que urge a que se pongan en marcha «medidas estructurales específica» para terminar con los abandonos de «este sector tan importante para Euskal Herria». El sindicato agroganadero entiende que se debe impulsar ya la instalación de nuevas explotaciones «para evitar que estas pérdidas sean irreparables».

Desatención durante décadas

En un amplio documento se analizan las causas que han llevado a esta crítica situación. No son distintas a las que EHNE ha mantenido a lo largo de su historia, sin que hayan sido atendidas desde las administraciones públicas, sabiendo que quienes hacían esas recomendaciones son protagonistas y conocedores reales del sector primario.

EHNE Bizkaia afirma que «las actuales políticas agrarias, que son una continuidad de las anteriores, que parten de Bruselas y que acataron los gobiernos autonómicos y las diputaciones son las que están fomentando la desaparición de la explotaciones». La pérdida de baserritarras que se dedican a la producción de leche en Europa y en Euskal Herria es «escandalosa» debido a los precios bajos, «que impulsa la Política Agraria Común (PAC)», que están por debajo de los costes de producción. «Es un modelo de producción basado en la especialización, la intensificación, pérdida de autonomía al tener una mayor dependencia de compras externas en la alimentación del ganado», detalla el sindicato agroganadero.

Este dato es esencial. EHNE hace referencia a un estudio realizado por Lursail, -sociedad que agrupa a centros de gestión de la CAV e IKT-, donde se compara el sector vacuno de la CAV con doce estados de la Unión Europea. «Llama la atención el elevado coste de los los gastos variables -fitosanitarios, combustible, etc- de las explotaciones de la CAV y, por otro lado, el coste de la alimentación comprada en el exterior, como piensos y forrajes, es de 0,177 euros por litro, que es un precio prohibitivo». Según el estudio como cita EHNE, ese precio es el doble que lo que pagan los ganaderos franceses, alemanes, belgas, luxemburgueses, holandeses, irlandeses, daneses, finlandeses y austriacos. «Muestra la total dependencia de las explotaciones de la CAV en un contexto especulativo de las materias primas para la alimentación del ganado, cuya carestía se encuentra actualmente en constante incremento». De ahí que el sindicato agroganadero denuncie que «la Administración ha tenido entre sus objetivos fomentar la actividad económica en torno a la ganadería pero dando apoyo a empresas de pienso, de maqui- naria, de genética y de productos veterinarios, pero ha desatendido al protagonista del sector: el ganadero vasco».

Menos diversificadas

Otro dato muestra que las explotaciones vascas son las menos diversificadas. «En la CAV tiene muy poco peso la producción cárnica, suponiendo ésta sólo el 3% de los ingresos, muy por debajo del 15% de Francia o el 11% de Alemania y Bélgica».

Para EHNE la reflexión ante esa fuerte dependencia de costes es que «exportamos a precios muy bajos vacas lecheras sin engordar, que se utilizan para hacer hamburguesas por su bajo contenido en grasa, e importamos carne despiezada de mayor calidad proveniente de explotaciones de vacuno de leche del norte de Europa».

Este modelo impulsado por las administraciones han llevado a que «las explotaciones vascas sean las más intensivas, en cuanto tienen menos vinculación con la tierra, mayor carga ganadera y mayor productividad, tras FInlandia, así como mayor especialización (menos diversificación de ingresos) y, por lo tanto, más dependencia del precio de la leche, siempre por debajo o a la par del coste».