La historia cuenta que en junio de 1896 fue lanzada una bomba contra la procesión del Corpus en Barcelona. El atentado favoreció una reacción represora contra anarquistas, socialistas y republicanos, de tal forma que fueron encarcelados cuatrocientos revolucionarios en la fortaleza de Montjuïc. Muchos murieron por las torturas inmediatas. De los ochenta y siete llevados a juicio, ocho fueron condenados a muerte y otros nueve a largas penas de prisión. Los otros setenta y un imputados, aunque absueltos por el tribunal, fueron igualmente deportados a Río de Oro por orden del Gobierno de Cánovas del Castillo.

Se cree que vengar estos hechos fue la razón que movió al anarquista italiano Angiolillo a embarcar desde París al Estado Español para matar al Presidente del Gobierno de entonces, Antonio Cánovas del Castillo. Éste se encontraba de vacaciones en la estación termal de Santa Águeda, en Arrasate. A primeros de agosto, Angiolillo tomó el tren en la estación del Norte de Madrid y se apeó en Zumarraga, después se dirigió hasta el balneario de Santa Agueda (hoy siquiátrico) y pocos días después mató a Cánovas del Castillo de tres tiros, mientras éste leía un periódico.

Josu Arteaga se basa en estos hechos, pero prefiere orientar su foco hacia la persona que aplicó el garrote vil sobre las cervicales de Angiolillo en la cárcel de Bergara (hoy gaztetxe), Gregorio Mayoral Sendino. «Aquí la historia no acaba con la muerte de Angiolillo, sino con el verdugo. Un tipo que habla con absoluta naturalidad de su oficio, de la muerte y de la técnica de su garrote vil», señala Arteaga.

«Ogibidea» relata, por tanto, los hechos y se fija en el verdugo. Imágenes estáticas, zooms y varias tomas cubren cuatro minutos de intenso y pasional dramatismo. Arteaga detalla: «Fue el primer ajusticiamiento cubierto por reporteros. En el archivo de Bergara hay siete placas que recogen el tramo que va desde que sube gritando `Germinal', término utilizado por los anarquistas para expresar que otros llegarán, hasta que le cubren el rostro con una capucha». Ayuda a la creación del clima la música de El Desván del Macho, de Arrasate, con su canción «Edermann».

Josu Arteaga, de 39 años, es cineasta, escritor («Historia universal de los hombres gato»), músico y hombre sumamente activo que no utiliza reloj, que no tiene internet, ni lleva móvil.