Nada parece capaz de taponar las enormes vías de agua de Grecia
Ni el rescate de 110.000 millones de euros concedido hace un año, ni los drásticos recortes que trajo consigo han logrado taponar las grietas de Grecia, un barco que amenaza con hundirse. Los rumores sobre la reestructuración de su deuda o sobre un abandono del euro como moneda han sido desmentidos, al tiempo que toma cuerpo la posibilidad de un rescate adicional de otros 30.000 millones.
María GÓMEZ SILVA
La crítica situación de Grecia un año después de recibir la ayuda internacional, lejos de remitir, se ha agravado y amenaza con provocar nuevas divisiones en el seno de la Unión Europea respecto a la posibilidad de conceder créditos adicionales al país, más allá del rescate de 110.000 millones.
El reconocimiento de que Grecia no podrá comenzar a financiarse en el mercado a partir de 2012, como había sido acordado, debido a los prohibitivos intereses que se siguen pagando por su deuda, ha abierto el debate sobre cuáles son los pasos a seguir para evitar que este nuevo capítulo en la crisis fiscal de la zona euro desemboque en un drama de peores consecuencias.
Los ministros de Finanzas de Estado francés, Italia, Alemania, Estado español y Grecia se reunieron el pasado viernes en Luxemburgo con el presidente del Banco Central Europeo, el presidente del Eurogrupo y el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios para tratar el asunto.
El encuentro, que había sido organizado por el Estado francés y Luxemburgo como una cita secreta, salió a la luz debido a una información publicada en el portal digital del semanario «Der Spiegel», en la que se sostenía que Grecia barajaba abandonar el euro.
El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, aseguró aye en Madrid que «nadie va a abandonar el euro» y consideró lógico que las instituciones europeas y los países involucrados en los rescates pidan explicaciones ante posibles modificaciones.
La salida de Grecia del euro también ha sido tajantemente desmentida por los asistentes a la reunión del viernes, aunque la propia celebración del encuentro supone reconocer que el programa acordado hace un año no ha funcionado y que la situación de la economía griega será un problema tanto para la zona euro como para su propia población durante más tiempo del esperado.
Asimismo, implica aceptar una posibilidad que hasta ahora había sido negada con insistencia: la de que es necesario reformar el programa de ayuda a Grecia, que según las informaciones publicadas necesita unos 30.000 millones de euros adicionales en 2012.
El problema griego será abordado, junto con el rescate de 78.000 millones de Portugal, durante las reuniones de ministros de Finanzas europeos que se celebrarán los próximos días 16 y 17 en Bruselas.
La sostenibilidad de la deuda griega podría abordarse mediante un aumento de los préstamos a Grecia, aunque existen otras opciones, como un mayor alargamiento de los plazos y la reducción de los intereses del rescate -la UE ya aceptó una primera suavización de las condiciones en marzo-, o permitir que el fondo de la zona euro compre bonos del país.
Resistencia de los «virtuosos»
Por el contrario, la reestructuración de la deuda que los mercados vienen descontando desde hace semanas volvió a ser negada tras el encuentro del viernes, pese a que el interés del bono griego a diez años siguió ayer en cifras récord, situándose en el 15,62 % a media mañana.
Todo hace pensar que cualquier posibilidad será aún más complicada de adoptar que en el pasado ante la creciente resistencia pública en países «fiscalmente virtuosos», como Alemania o Finlandia, a continuar ayudando a los socios más débiles, a los que culpan de su propia situación. Ayer mismo, el euroscéptico Timo Soini, cuyo partido se convirtió en la tercera fuerza de Finlandia en las recientes elecciones legislativas, comparó la crisis de Grecia, Irlanda y Portugal con «una gangrena» que amenaza con extenderse a otros estados europeos, como el español, y criticó los rescates por ser «claramente malos para Europa».
Además, cualquier ayuda exigirá aún más esfuerzos de consolidación por parte de Grecia, como ya avisó el fin de semana el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, lo que choca con el deseo del Gobierno griego de retrasar en dos años, hasta 2016, el plazo dado para recortar su déficit público por debajo del umbral del 3 % del PIB que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Más recortes y huelga
Un equipo de expertos europeos y del FMI se encuentra en Atenas para evaluar el nuevo plan de ajuste que pretende aprobar el Parlamento, antes de dar el visto bueno al quinto tramo del rescate, cifrado en 15.000 millones de euros.
Sin embargo, también aumenta la oposición a los ajustes en Grecia, que mañana vivirá la segunda huelga general de este año, coincidiendo con la tramitación parlamentaria del plan de recortes y privatizaciones, con el que el Gobierno pretende recaudar 76.000 millones más en el periodo 2011-2015.
Pese a las crecientes dificultades, distintos analistas coinciden en señalar que la salida de Grecia del euro tendría un efecto multiplicador de la crisis. Una moneda devaluada impulsaría la competitividad pero dificultaría el pago de la deuda contraída en euros y, además, favorecería una huida de capitales que podría quebrar el sistema bancario, con una onda expansiva que afectaría a toda la región, aumentando el riesgo de contagio.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hizo ayer pública su tabla de indicadores compuestos avanzados, que miden por anticipado inflexiones en el ciclo económico. Este informe, que tiene una periodicidad mensual, recaba los datos correspondientes a marzo. El diagnóstico de este organismo internacional es que países como Estados Unidos, Canadá, China o Rusia mantienen una «continuada expansión», mientras que en la Unión Europea, con la excepción de Alemania, se detectan signos de ralentización.
El índice global de la OCDE se incrementó en 15 centésimas, hasta los 103,17 puntos. A esa subida contribuyeron países como Estados Unidos (+28 centésimas), Canadá (+21 centésimas), China (+20 centésimas), Alemania (+15 centésimas) y Rusia (+12 centésimas). Las mayores caídas en los países europeos se constataron en Estonia (-1,37 puntos), Finlandia (-61 centésimas), Italia (-46 centésimas), Suecia (-31 centésimas), Grecia (-27 centésimas), Estado francés (-23 centésimas), Estado español (-9 centésimas) o Gran Bretaña (-3 centésimas). GARA