DEPORTIVO - ATHLETIC

El Athletic puede dar continuidad al «Día de Europa» que se celebró ayer ornando la noche gallega con doce estrellitas doradas sobre fondo azul. Dentro de ese festival de la irregularidad en que se ha convertido la pelea por el billete continental, el fin de semana fue tan positivo para los rojiblancos, que incluso podrían dejar zanjada de forma matemática su clasificación para la Europa League a falta de dos jornadas.

En realidad, tendrán que esperar a conocer lo que suceda mañana con el Espanyol antes de poder hablar de consecución virtual o matemática del objetivo -o ninguna de las dos, si es a la escuadra bilbaina a la que le toca protagonizar la de arena esta jornada-, pero las cuentas sonríen al Athletic en estas dos noches de calculadora.

La clave reside en los seis puntos en que aventaja al Espanyol, a los que hay que añadir el golaverage general -el particular está igualado-, que es de +4 para los bilbainos y de -7 para los periquitos. De ahí que, sólo con que el Athletic gane, se le pueda considerar «virtualmente» clasificado, aunque el Espanyol logre también mañana el triunfo frente al Valencia. El equipo de Pochettino sólo alcanzaría a los rojiblancos si éstos pierden los dos partidos restantes y el propio Espanyol los gana con dos auténticas goleadas. Para poder hablar de un Athletic «matemáticamente» clasificado sí habrá que esperar a conocer lo que hacen los catalanes, porque el equipo de Joaquín Caparrós necesita sumar un punto más que aquellos. Lo que incluso podría hacer bueno el empate en Riazor, teniendo en cuenta que el Espanyol recibe a un Valencia que también quiere asegurarse de forma definitiva la tercera plaza y, por tanto, la clasificación directa para la Champions.

Dado ese primer paso, los bilbainos podrá ocuparse de intentar acabar lo más arriba posible, para no ver mermadas sus vacaciones añadiendo otra eliminatoria a la competición europea. Si es que pueden darlo. Porque la misma calculadora que tan benévola se muestra hoy con el Athletic, tiene a su rival al borde del abismo. Por muy apretadas que estén las cosas en la lucha por la permanencia, el Deportivo tiene ahora una de las peores papeletas, al no depender sólo de sí mismo. En A Coruña, que puede vivir un ambiente inusitado en su estadio, ya se habla del partido más importante de los últimos veinte años. Si los hombres de Miguel Ángel Lotina son capaces de convertir esa presión y la mala leche que les dejó el encuentro frente al Sporting en motivación, la dificultad se multiplicará por un Athletic al que, por otra parte, no se le da nada bien Riazor. Por no hablar del vértigo que tantas veces le ha afectado ante oportunidades como la de hoy.

Por eso cree Joaquín Caparrós que la clave del encuentro pasará en buena medida porque los gallegos no ganen a su equipo «en intensidad y concentración». «Tenemos que estar a un nivel altísimo si queremos conseguir un resultado positivo», añadió el técnico utrerano, que reconoció lamentar la situación que vive su exequipo. «No hace falta que diga que les deseo lo mejor», aseguró, aunque sea a partir de mañana.

Caparrós, por otro lado, repite convocatoria, incluyendo de nuevo a Ibai en la lista de 19. También repiten, pese a sus problemas, Muniain y Orbaiz, aunque en el once cederán sus plazas a Gurpegi y Gabilondo.