Itxako se despide de la Liga con todos sus sentidos centrados en la final del sábado
Juan Carlos ELORZA
Itxako cierra la Liga esta tarde en Lizarreria (19.00, Amaia Barrena y Mónica García -CAV-) con un partido intrascendente ante el Elche. El resultado no tendrá ninguna trascendencia en la clasificación, porque las navarras son campeonas desde hace varias jornadas, y el Elche no se moverá de su sexta plaza.
Precisamente ese ha sido el motivo de que el partido pueda celebrarse hoy, porque la última jornada se disputará mañana, miércoles, con horario unificado (20.00). Itxako solicitó el adelanto de su partido, dada la irrelevancia del resultado, y poder disponer así de un día más de preparación para el partido de vuelta de la final de la Champions League, frente al Larvik, el próximo sábado en Iruñea. El Elche accedió sin problemas.
Itxako descansó ayer tras el viaje de Noruega, y hará una sesión de entrenamiento esta mañana para encarar el partido. Ambros Martín puede contar con toda su plantilla, mientras el Elche acudirá con las bajas de Cámara, Vicente y Vila.
Trámite liguero aparte, toda la atención del club y los aficionados de Lizarra están puestos en ese partido del Anaitasuna.
A la vuelta de Larvik, el técnico de Itxako ya se ha encargado de subrayar dos ideas que pueden enfocar principalmente los esfuerzos que quedan por realizar para aspirar a ganar el título.
Respecto a su equipo (aunque el mensaje es extensible a medios de comunicación y afición), ha dicho que el 23-21 de la ida «en absoluto debemos pensar que es un buen resultado, sino todo lo contrario. Hemos perdido y debemos ganar probablemente de más de tres goles».
En efecto, si Larvik consigue marcar más de 21 tantos en el Anaitasuna, Itxako debería ganar por una diferencia de tres para ser campeón, y el equipo noruego se marcará ese objetivo como primera meta del partido. Por contra, si la defensa navarra consigue que el Larvik marque menos de 21 goles, una ventaja de dos le daría el título.
El segundo mensaje de Ambros Martín va dirigido a los aficionados, a quienes pide que llenen el pabellón: «Estamos capacitados para ganar, pero necesitamos el apoyo de todos y que el público haga la diferencia». El valor del ánimo de las gradas no se puede medir con ningún aparato, pero su efecto, sobre todo en tu propio equipo, puede resultar determinante.