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Giro de Italia

La ronda italiana se tiñe de luto

La muerte de Wouter Weylandt, tras sufrir una terrible caída en la tercera etapa, reabre el debate sobre la seguridad.

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Asier AIESTARAN

La tercera etapa del Giro 2011, que en un principio no iba a ser más que otra típica jornada ratonera de la corsa rosa, pasará a la historia como el día en el que Wouter Weylandt perdió la vida tras sufrir una terrible caída cuando bajaba el Passo di Bocco, un puerto de tercera categoría situado a 25 kilómetros de la meta situada en Rapallo.

Cuando el pelotón bajaba a toda velocidad para dar caza a los tres escapados del día, el joven corredor flamenco de 26 años perdió el equilibrio y sufrió un fortísimo golpe en la cabeza contra el muro protector de la calzada. Weylandt quedó inconsciente en medio de un enorme charco de sangre.

Según precisaron los servicios médicos, con el doctor Giovanni Tredici al frente, el corredor sufrió una parada cardiorrespiratoria que precisó de masajes de reanimación sobre el asfalto. Las maniobras no obtuvieron éxito, por lo que Weylandt fue trasladado en helicóptero al Hospital de Génova, donde tampoco se pudo hacer nada por salvarle la vida.

Pasadas las 17.00, y tras informar a la familia, llegó la comunicación oficial de su fallecimiento, convirtiéndose en la cuarta víctima en la historia de la ronda italiana. Además, el destino fue cruel y quiso que Weylandt falleciera en la tercera etapa, la misma que ganó en 2010, justo hace hoy un año.

Conmoción total

Las reacciones no se hicieron tardar en una línea de llegada conmovida por lo sucedido. Probablemente, las palabras más escalofriantes fueron las de Jorge Azanza, corredor navarro del Euskaltel que se vio involucrado en otra caída un kilómetro antes. «Me caí, me levanté y luego vi a Weylandt en el suelo. No he querido ni mirar, pero me he temido lo peor», señaló.

Bingen Fernández, que ejerce como director del Garmin desde el año pasado, ratificaba las impresiones de Azanza. «Éramos el sexto coche y cuando hemos pasado por allí Weylandt estaba tumbado con el cuello totalmente torcido, como si fuera un muñeco», relató a las cámaras de ETB con voz temblorosa.

Las muestras de condolencia fueron continuas desde todos los ámbitos del ciclismo profesional, comenzando por los propios corredores -que decidirán hoy la forma de homenajear a Weylandt para lo que cuentan con el consentimiento de los organizadores-, pasando por los equipos y terminando con la UCI. En Bélgica, la conmoción fue mayor todavía y la noticia tuvo un gran impacto incluso en la esfera política.

Voces críticas

No obstante, además de dar el pésame, fueron muchos los que fueron más allá, poniendo en cuestión el trabajo de la organización para salvaguardar la seguridad de los ciclistas. El más claro fue Pablo Lastras, afirmando que «es algo que se veía venir. Hoy había muchas curvas peligrosas y ni siquiera había una mínima señalización o una bandera amarilla indicándolas. No sé dónde ha sido la caída, y si ha tenido algo que ver, pero hoy cualquier elemento de seguridad brillaba por su ausencia».

Y es que la previa del Giro ha estado marcada por las declaraciones de varios corredores -Contador, Sastre o Menchov entre ellos- advirtiendo de la peligrosidad del recorrido, sobre todo tras ver el descenso del Crostis, puerto que se pasará el 21 de mayo. También se mostró crítico el ex ciclista Pedro Horrillo, que a punto estuvo de perder la vida en el Giro de 2009.

El aragonés Ángel Vicioso logra su mejor triunfo en el día más triste posible

Ángel Vicioso (Androni) logró en la tercera etapa del Giro su primera victoria en una vuelta de tres semanas. El corredor aragonés, de 34 años, supo sacar provecho del desorden que reinó en el pelotón en los últimos kilómetros y fue el hombre más rápido en un pequeño grupo de cinco corredores. Uno de ellos, el también veterano David Millar (Garmin), se convirtió en el nuevo líder de la «corsa» rosa.

Vicioso, que debutó en profesionales en 1999 de la mano del Kelme, cuenta con un nutrido palmarés en el que cada año ha ido sumando una nueva muesca hasta llegar a sus 25 triunfos actuales. Muchos de esos éxitos los ha disfrutado en carreteras vascas, ganando el Gran Premio Indurain (2001 y 2002), la Klasika de Zornotza (2002), cuatro etapas de la Euskal Bizikleta (2004 y 2005), una etapa de la Vuelta al País Vasco (2007) y el Gran Premio de Laudio (2010).

Lamentablemente, la muerte Wouter Weylandt deslució su victoria, que pasó a un segundo plano inmediatamente. A.A.

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