Derrota en Riazor
Europa tuvo menos tirón que el instinto de supervivencia
El Athletic se mantiene en posiciones europeas pese a la derrota, pero deberá esperar otra semana para certificar el billete de manera matemática. Los bilbainos lo tuvieron en su mano con el gol de Gaizka Toquero, pero el Deportivo aunó reacción y fortuna.
DEPORTIVO 2
ATHLETIC 1
Amaia U. LASAGABASTER
Lo tuvo en su mano, pero se le acabó escapando. El instinto de supervivencia tuvo más tirón que los viajes por Europa y los tres puntos se quedaron en A Coruña, para disgusto de un Athletic que se mantiene en posiciones europeas, pero que deberá esperar una jornada más para certificar el billete continental de manera matemática. Igualmente fastidiadas debieron acabar un buen número de aficiones que anoche, de manera excepcional, se unieron a la rojiblanca para pelear contra un Deportivo cuya victoria mete aún más picante a la zona baja de la clasificación.
No es precisamente lo que más importa a los bilbainos, centrados en una batalla bastante más agradable, y a los que sólo una derrota del Espanyol frente al Valencia evitará que el siempre amargo «lo que pudo haber sido» monopolice la resaca del encuentro de Riazor. Tampoco les asegurará la presencia en la Europa League de forma matemática, pero sí virtual. Con seis puntos en juego, otros tantos de diferencia y el golaverage particular igualado, el Athletic debería perder los dos últimos partidos y el Espanyol ganarlos, en ambos casos con marcadores abultados, para que los hombres de Joaquín Caparrós no regresaran al torneo continental. Otra cuestión es la pelea por la quinta plaza, perfectamente accesible, pero que exigirá algunos sudores más.
Sería alguno menos si al partido de Riazor le hubiesen restado minutos. Unos ochenta, aproximadamente, que fueron los que le sobraron a un Athletic que hizo lo más complicado antes de hincar la rodilla. Porque es difícil imaginar mejor escenario que el que se encontró el equipo de Joaquín Caparrós. Con sólo tres minutos disputados, ya mandaba en el marcador, elevando a la enésima potencia la presión de un rival en situación extrema y poco habituado, además, a llevar la voz cantante. Pero entre que la fe, para fortuna blanquiazul, mueve montañas, y que al Athletic le faltó tensión, sobre todo en tareas defensivas, el Deportivo no tardó en digerir el golpe y acabar dominando el choque casi por completo.
No parecía que fuera a ser así cuando, con apenas tres minutos de partido, Iraola centraba desde la derecha para que Toquero anotara el 0-1 a la media vuelta. El marcador, la situación anímica de los dos equipos y otro par de llegadas en los minutos posteriores invitaban a pensar que la mala racha del Athletic en el campo coruñés tocaba a su fin. Pero lo que acabó, pasado el cuarto de hora, fue la presencia de los bilbainos, que apenas volvieron a dar señales de vida el resto del partido. El equipo de Miguel Ángel Lotina se vino arriba a base de tesón, pero también de juego -hubo muchos problemas para taponar a Valerón y frenar las llegadas de Adrián-. Y de un poquito de fortuna, porque el remate de Adrián tocó en Gurpegi antes de convertirse en el empate.
Pese a algún contragolpe con pretensiones -incluyendo un cabezazo de Llorente al larguero, respondido por otro disparo a la madera de Adrián-, el Athletic apenas volvió a aparecer, resignado al empate como mal menor. Pero a su anfitrión no le bastaba y, a veces con empuje, otras con buen ojo, siguió buscando la remontada. Llegó a veinte minutos del final, con un clásico del infortunio rojiblanco, el gol en propia puerta. Esta vez le tocó a Castillo batir a Iraizoz, al intentar cortar un centro de Adrián. Partido, ilusiones y cálculos acabarón ahí de manera definitiva.
El Athletic tuvo Europa más cerca que nunca en la primera parte, cuando se adelantó en el marcador. Y Joaquín Caparrós era consciente de ello, según se puede desprender de sus palabras en la rueda de prensa posterior al partido. «Hemos comenzado bien, nos hemos puesto por delante, pero no hemos sabido manejar esa superioridad. En la segunda parte, sabíamos que ellos iban a salir a por todas. Ayudados por la afición se han puesto por delante. Hemos querido, pero no ha podido ser. Toda la rabia preparada para el próximo domingo», indicaba el técnico rojiblanco.
Además del empuje de la afición, el de Utrera se refirió al más que experimentado centrocampista Juan Carlos Valerón como factor importante en la remontada del Deportivo: «Valerón ha sido desequilibrante. Teníamos controlado el balón, no nos hacían ocasiones de gol, pero una genialidad de Juan Carlos...».
De hecho, el segundo gol gallego comenzó en las botas del jugador canario, que dio un gran pase a un compañero entre tres jugadores del Athletic. Sobre esta jugada Caparrós indicó que «no somos un equipo que aun teniendo mucha acumulación sepamos defender. No tenemos esa experiencia. En el segundo gol había que tapar el pase de Juan Carlos, pero es una genialidad. Pero con toda esa gente que teníamos sí era evitable ese pase de gol».
En ese intento de defender el resultado y no encajar más goles, el joven Iker Muniain fue un hombre clave, sobre todo en la primera parte. «Queríamos que Iker estuviera mas fresquito en la segunda parte, porque nuestra capacidad ofensiva con Iker es muy grande y no queríamos trabajarlo tanto como lo estaba haciendo», finalizó el técnico andaluz.
Algo cabizbajo se mostró el propio jugador navarro al señalar que «ha sido un palo bastante duro», aunque supo sacarle el lado positivo a la derrota al recalcar que «en el mejor de los casos hoy -por ayer- dormimos sextos. Si eso te parece un drama...».
Por su parte, el autor del gol bilbaino, Gaizka Toquero, reconoció que «el equipo ha estado como siempre. Le ha metido mucho ritmo, pero al final estábamos un poco cansados».
En el bando contrario, el técnico Miguel Ángel Lotina, que tuvo que ver el encuentro desde la grada, se mostró contento con sus jugadores y echó un guiño al conjunto vizcaino al finalizar su intervención con la siguiente reflexión: «El Athletic es uno de los equipos que se merecen estar en Europa». GARA
Joaquín Caparrós dirigió su 185º encuentro con el Athletic, lo que le convirtió en el tercer técnico con más partidos en el banquillo, sólo por detrás de Javier Clemente (289) y Juan Urkizu (235).
Siete meses después de que se lesionara de gravedad el día de su debut, Ibai Gómez volvió a tener minutos. Con el primer equipo, porque con el filial había disputado ya cuatro encuentros.
Carlos Gurpegi completó anoche un ciclo de amarillas, con lo que no podrá enfrentarse al Málaga el próximo domingo.
El asturiano César Muñiz Fernández dirigirá el encuentro que enfrentará a Athletic y Málaga el próximo domingo (21.00).