Desde hace años, la composición equilibrada de las JJGG del herrialde menos poblado de Hego Euskal Herria ha marcado los distintos go- biernos de la Diputación foral de Araba. Unos Ejecutivos determinados por los distintos pactos poselectorales entre los dos partidos de ámbito estatal, que tuvieron como resultado dos mandatos consecutivos del PP e hicieron que Ramón Rabanera se convirtiera en el diputado general desde el año 1999 hasta 2007. No obstante, posteriormente las desavenencias entre ambos partidos, y sus discrepancias a la hora de elegir un candidato tras la última cita electoral, abrieron la puerta a un gobierno nacionalista en minoría dirigido por la tercera fuerza más votada del herrialde, el PNV, que obtuvo setecientos votos menos que la lista de los conservadores españoles.

En el Gobierno foral resultante de las elecciones del 2007 estuvieron representados diputados de PNV, EA y Aralar, todos ellos capitaneados por el actual diputado general, Xabier Agirre. Ahora es candidato a la reelección por la coalición formada entre jeltzales y miembros de Hamaikabat, la escisión de Eusko Alkartasuna que ha optado por presentarse bajo las siglas del PNV en Araba.

De todos modos, esta coalición no supone la principal novedad en el escenario político alavés, ya que en esta ocasión todas las miradas están puestas sobre Bildu. La coalición se presenta con la intención de dar voz a los distintos sectores sociales de Araba, así como a todas aquellas personas soberanistas, independentistas y de izquierdas.

A este respecto, cabe destacar el veto impuesto hace cuatro años a las candidaturas de ANV en Aiara, territorio en el que se ubica el segundo municipio más importante de Araba, Laudio, y en el que la presencia institucional de la izquierda abertzale cuenta con más fuerza.

La ilegalización de las listas abertzales en esta circunscripción del norte de Araba provocó una situación de apartheid político que desfiguró la realidad de un herrialde en el que la capital tiene un peso destacado.

Gobierno en precario

¿Cómo llegan los partidos a esta cita? El 22 de mayo se pone fin a cuatro años de ejecutivo jeltzale que ha tenido que hacer frente a dos escisiones en su gobierno, a las consecuencias de la crisis económica, a un sonado presunto caso de corrupción y a las amenazas constantes que hacían prever una moción de censura propuesta por el PP.

Sin embargo, la alianza entre el diputado foral y Txarli Prieto parece haber sido un balón de oxigeno que ha propiciado la continuidad de Xabier Agirre, que ha ido abandonando a su suerte a sus socios abertzales para bailar en las JJGG de la mano de sus contrincantes del PSE, convertidos en amigos a la hora de pactar un presupuesto, en Gasteiz y en Madrid.

El pacto entre PNV y PSE ha permitido la aprobación de todos los presupuestos forales durante el mandato jeltzale, y a cambio, ha posibilitado un período de estabilidad en el Ayuntamiento de Gasteiz, donde gobierna el PSOE, y en el que en contrapartida el PNV no ha enseñado los dientes a la hora de ejercer en la oposición municipal.

Futuro inmediato

Tras las elecciones del 22 de mayo se deberá analizar un porvenir en el que puede que Bildu se haga con una representación suficiente como para llamar la atención del PNV. En el caso contrario, Xabier Agirre y los suyos continuarán pendientes de las decisiones del PSE, que durante la campaña ya ha anunciado que no tiene por qué reproducirse el pacto de Ajuria Enea en las Juntas. El PNV, en cualquier caso, opta por basar la campaña en intentar explotar ese temor.

Asimismo, el PP en Gasteiz y en Araba no ha cerrado su política de pactos. Como ya destacó Antonio Basagoiti en una de las afirmaciones más rotundas de la campaña, no romperá el acuerdo que sustenta a Patxi López, y todo hace indicar que el Gobierno foral será una contrapartida que De Andrés y los suyos no dudarán en exigir.

El cuadro lo completan EB y Aralar, que en esta ocasión no repiten coalición, aspiran a mantener su representación.