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Giro 2011

Una nueva encerrona

Con la muerte de Weylandt todavía en la mente, la caída del holandés Tom Slagter hizo temer lo peor.

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Asier AIESTARAN

El holandés Pieter Weening (Rabobank) se impuso en la quinta etapa de un Giro que va camino de convertirse en un diario de sucesos. Y es que apenas 48 horas después de que Wouter Weylandt perdiera la vida sobre el asfalto, los peores augurios volvieron a hacerse presentes en la carrera con la grave caída de Tom Slagter (Rabobank).

Los casi 20 kilómetros de sterrato o caminos de tierra que tuvieron que atravesar los corredores se saldaron con varias caídas de distinta gravedad, hasta que a falta de unos 15 kilómetros para meta se produjo el accidente más grave de la jornada. El holandés Slagter sufría una caída y se quedaba tendido en el suelo durante una veintena de minutos que se hicieron eternos tras lo sucedido el lunes.

El corredor fue trasladado a un hospital de Orvieto, pero afortunadamente no hubo que lamentar lesiones de gravedad. No obstante, hasta doce corredores tuvieron que abandonar la prueba y corredores como David Millar (Garmin) o Dario Cataldo (QuickStep), el primero jugándose el liderato y el segundo la victoria de etapa, se vieron envueltos en sendas caídas.

«El sterrato no merece la pena porque nos jugamos caídas graves y el resultado de la carrera puede quedar desvirtuado», señaló Alberto Contador (Saxo Bank) tras cruzar la meta, mientras que David Arroyo (Movistar) coincidía en que «hoy [por ayer] había mucho que perder» por el riesgo de caídas. Quizás por ello, los organizadores del Giro se apresuraron a decir que revisarán el peligroso descenso del Monte Crostis -con ocho kilómetros sin asfaltar en la 14ª etapa- porque «la prioridad es que los corredores rueden con una seguridad total».

Ataque en el llano

En lo estrictamente deportivo, Weening hizo valer su peculiar mezcla entre rodador y escalador. El holandés de 30 años, que cuenta en su palmarés con nueve triunfos incluida una etapa en el Tour de 2005, se pegó a John Gadret (AG2R) como una lapa en el corte que se produjo a falta de 20 kilómetros.

Los dos juntos dieron caza al suizo Martin Kohler (BMC), que estuvo escapado desde el kilómetro doce. Poco después, Weening se marchaba en solitario tras poner un ritmo frenético en plena llanura que ni Gadret ni Kohler pudieron aguantar. El espigado corredor holandés fue capaz de mantener la renta en los últimos kilómetros y entraba ganador en meta con ocho segundos de ventaja sobre el grupo de favoritos, que le permitió vestirse la maglia rosa en detrimento de Millar.

Para los primeros espadas tampoco fue un día tranquilo, ya que varios jefes de filas jugaron sus cartas para intentar eliminar rivales. Fue el caso de Vincenzo Nibali (Liquigas), que se la jugó descaradamente en una sinuosa bajada de sterrato poniendo en vilo a todo el pelotón. En el último repecho del día fue Michele Scarponi (Lampre) el que atacó con bravura, aunque el italiano fue neutralizado rápidamente.

En cuanto a los nuestros, Igor Antón y Mikel Nieve estuvieron al lado de los mejores, y el de Leitza incluso atacó en los últimos metros, aunque fue neutralizado por el grupo principal.

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