La familia Chillida remitió una carta a la consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, en la que le asegura que «siempre tiene abierta la puerta» de Chillida Leku y que buscará «caminos que no hayan sido transitados antes» para encontrar una solución al museo, cerrado desde el 31 de diciembre.

Se trata de una misiva que firman los ocho hijos del escultor, en la afirmaban que siempre se han mostrado «abiertos y receptivos» y que no pueden decir lo mismo «en sentido inverso». Explican que en 2008, cuando negociaban con su antecesora, Miren Azkarate, la casa Sotheby's valoró las obras del museo en 164 millones de euros y los terrenos en 12, y que en enero de 2009 acordaron cederlo por 112 millones, si bien no mencionan la última oferta institucional, de 80 millones de euros. Precisan que la crisis impidió que el acuerdo se materializase y que cuando se retomaron las negociaciones reiteraron su condición de mantener el museo tal y como fue concebido. «¿Tan exagerado le parece? Entienda que también nos preocupe que alguien venga a `rediseñar' Chillida Leku. Queríamos saber que eso al menos no sería posible», indicaron.

Por su parte, Urgell respondío recalcando que «la generosidad institucional en los tiempos de crisis actuales ha sido proverbial, difícilmente repetible, hasta el límite de lo posible. Por eso lamentamos que la oportunidad que ya acariciábamos de ver reabierto Chillida Leku se haya frustrado por decisión única y exclusiva de los actuales propietarios y responsables de ese espacio».