CCOO de Euskadi aseguró que fruto de la acción sindical «el crecimiento exponencial que se está dando en el reconocimiento de las enfermedades derivadas del contacto con amianto ha posibilitado que, en los cuatro primeros meses de 2011 se hayan reconocido ya más casos de cáncer profesional (27) que en todo el año pasado (25), según datos del registro CEPROSS de la Seguridad Social».

Denunció la pasividad de la Administración pública «por no promover planes de vigilancia sanitaria específica de la salud entre aquellas personas que estuvieron expuestas al amianto, lo que habría facilitado la detección precoz de las enfermedades» y advirtió de que «la responsabilidad continúa cuando una vez detectada, se incumple la obligación de comunicar la sospecha por parte de los profesionales médicos». Espera que tras los reconocimientos, «Osakidetza pase factura de los costes sanitarios a las mutuas».

En este sentido, CCOO de Euskadi recordó que una vecina de Lasarte Oria de 67 años, que trabajó en los años sesenta en la empresa Paisa de Irun y afectada de un mesotelioma desde marzo de 2010 «ha visto reconocida su incapacidad absoluta» y pensión de 1.208,76 euros, tras la reclamación realizada por el sindicato.

La mujer trabajó como pulidora en la ya desaparecida empresa, cuyo caso dio origen al documental sobre el amianto «La Plaza de la Música», de Juanmi Gutiérrez, presentada en el Festival de Cine de Donostia el año pasado.

Por otro lado, el Ministerio español de Trabajo informó que la Seguridad Social detectó durante el año 2010 en el Estado español 10.042 enfermedades, no consideradas como enfermedades profesionales, pero sí causadas o agravadas por el trabajo. De esta cantidad, «9.467 corresponden a patologías no traumáticas causadas por el trabajo y 575 a enfermedades agravadas por la actividad laboral». A éstas habría que añadir el registro directo de 18.186 enfermedades profesionales. En 2010 murieron cinco trabajadores a causa de enfermedad profesional y otros 291 fallecimientos de pensionistas de incapacidad permanente por enfermedad profesional en el mismo año, de los que 42 eran menores de 65 años y el resto superaba esa edad, según los datos oficiales.