Familiares de víctimas de ETA del GAL y del 11-M expusieron ayer en Iruñea sus respectivas experiencias que, pese al «profundo dolor vivido», les han hecho extraer la percepción común de que deben servir para algo, pero que no les da legitimidad para decidir sobre el futuro de estos conflictos, según recogió la agencia Efe. Así lo expusieron ayer en el curso «Paz, conflictos y convivencia», organizado por la Cátedra Unesco de la UPNA, Iñaki Arrizabalaga, hijo de una víctima de ETA; Edurne Brouard, hija de Santi Brouard; e Isabel Casanova, madre y ex esposa de dos víctimas de los atentados islamistas del 11-M en Madrid.

Brouard y Arrizabalaga coincidieron en mostrar su esperanza por la evolución de los acontecimientos en Euskal Herria, mientras que Casanova reconoció sentir miedo a las repercusiones de la muerte de Bin Laden.