Ganso & Cía estrenó «Mediopelo», que en la sinopsis argumental de este unipersonal nos describe con lucidez los objetivos del trabajo. Su personaje «carece de talento, no tiene ideas originales ni tampoco medios». En este ideario se mueve, con su personalidad, sus tics, su ternura. Es fiel y coherente a su estilo.

La relación espacial y entre el objeto y su manipulador, entre el títere y el actor que le da vida, queda muy bien armonizado en «Blue Bird» de Anita Maravillas, con una estética de cuento, pero muy equilibrada en cuanto a sus cromatismo con unos muñecos verdaderamente bien realizados para contarnos una historia de amor. La misma relación inspira a Magerit y Cachivache, que parte de lo que fue una exposición: «El desván de las ilusiones mágicas», compuesta por los títeres creados por Francisco García de Águila, que ahora toman vida en sus manos para narrar una imaginativa y melancólica historia para todos los públicos.

El circo gana espacios, lenguajes, propuestas en la calle. DJ Capuzzi & Señorita X, sustituyeron por lesión a los gallegos de P&G Circus. El trabajo de esta pareja argentina contiene todos los elementos del manual. Comunicación con el público, malabares básicos, acrobacias, mano a mano, todo en el límite de lo justo. Albert Vinyes hace una divertida parodia es su espectáculo titulado «El hombre bala... la oveja habla», un minúsculo trabajo muy sencillo y cercano.

Muchísimo más elaborado, mostrando su alta escuela, buena dramaturgia y soluciones que logran la sorpresa es el nuevo trabajo del dúo Mumusic Cirkus titulado «Roda, món», inspirados todos los números en el concepto de rueda, conjuntando el trabajo físico, los equilibrios y la música.

Entre la pantomima y el clown, se encuentra la propuesta de Al Suroeste et Tuto Tul, que en «Naturaleza rota» su intérprete logra un buen juego con los elementos cotidianos convertidos en paradójicos y que haciendo números de corte clásico, logra impregnarles de su capacidad de encantamiento.

Circo punk, el cuerpo utilizado como elemento dramatúrgico a partir de la autolesión, es lo que ofrece el trío australiano Dirty Brothers y su chocante «The Dark party», que impresiona por su capacidad de caminar descalzos entre ratoneras activadas, comer cristales, flagelarse o sostener una batería de coche con unas pinzas en las tetillas y con los cables haciendo contacto. Aunque parezca mentira, es un espectáculo de humor. Un poco reiterativo.

En un campo más estrictamente teatral nos encontramos a Kolektibo Monstrenko que en «La pared» nos sitúan ante un género, el del texto cómico, a partir de situaciones cotidianas con palabras hasta la extenuación. Pocas acciones, muy de comedia de situación televisiva. Lo mismo sucede con «Bajo el andamio» de Teatro Percutor, texto, acciones, números cómicos repetitivos, estética y estructura de comedieta.

Guirigai Teatro ofreció «Camino del paraíso», también mucho texto, bastante más depurado en su estilo y lenguaje, personajes de la picaresca en una disposición de escenarios simultáneos envolventes. Resalta la pulcritud actoral.