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ELECCIONES EN EUSKAL HERRIA

«La ilegalización de Bildu hubiera creado una situación irrespirable»

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MARKEL OLANO
Cabeza de lista del PNV en Gipuzkoa

Su campaña tiene como mensaje principal alertar de la eventual extension del pacto PP-PSOE, pero mira más que de reojo a Bildu, a quien percibe «fuerte», y augura que serán unas buenas elecciones para el abertzalismo. El candidato a la reelección como diputado general no quiere cerrarse puertas para pactos postelectorales, ni concretar propuestas en terrenos resbaladizos como el fiscal. Afirma tener en su agenda la situación de los presos y el derecho a dicidir, pero no a corto plazo.

 

Ramón SOLA | DONOSTIA

¿Cómo llega al 22-M? ¿El poder desgasta más en crisis?

La legislatura tuvo un comienzo complicado; los asesinatos de Isaías Carrasco e Inazio Uria fueron algo muy duro, no es lo mismo vivir eso como ciudadano que como responsable. Pero luego han venido meses de esperanza, y eso te da un balón de oxígeno.

Ha dicho que la luz verde a Bildu le ha quitado un peso de encima. ¿Qué escenario vaticinaba en caso contrario?

Yo ya dije hace cuatro años que se generaba una distorsión democrática muy grave. Dificultaba mucho la convivencia y, ¿por qué no decirlo?, también la legitimación plena de las políticas públicas. Que se repitiera eso ahora y de modo generalizado, hubiera creado una situación irrespirable.

El PNV ha hecho precampaña con el lema «Batu gaitezen», pero, ¿por qué sólo en Gipuzkoa?

Fue una iniciativa tomada en el seno del PNV de Gipuzkoa, y los responsables de la Diputación participamos de la reflexión. Corría riesgo la participación de todas las formaciones. Y veíamos dinámicas disgregadoras en el ámbito nacionalista, en lo político y en lo sindical. Hay una pugna por el liderazgo que no trae más que debilidad. Hace falta unidad en torno a unos principios sólidos, que en su momento se establecieron, básicamente, a través del lehendakari Ibarretxe: derechos humanos y derecho a decidir. Ahí cabe una colaboración.

Está hablando mucho de un posible pacto PP-PSOE, pero no parece creíble en Gipuzkoa...

Sólo recuerdo lo que pasó hace dos años: gente cercana nos vino con lágrimas en los ojos cuando Patxi López dijo que formaría gobierno con el PP. Me hace gracia que reflexiones basadas en razonamientos lógicos se tengan más en cuenta que los hechos fácticos: eso es una realidad, ha pasado. Y recuerdo que el 13 de enero Patxi López dijo en una entrevista a ETB que iban a extender ese pacto.

El PSE ha dicho que no pactará con Bildu. ¿Y el PNV? Les separa radicalmente, por ejemplo, el tema de las infraestructuras...

Lo que digo es que vamos a tener una posición abierta con todos. Ése será el escenario. Si hay acuerdos, adelante. Dependerá de la mayoría que se concite.

Pero no negará que esas diferencias son radicales: TAV, incineradora, puerto de Pasaia...

Los dos últimos ejercicios los hemos sacado adelante con la abstención del PSE, en parte también por los acuerdos que se lograron en Madrid, pero recuerdo que al principio de legislatura tuvimos acuerdos con Aralar, Ezker Batua... partidos contrarios a esas grandes infraestructuras. Es posible.

¿Cree que se entienden esos macroproyectos en una crisis que marca otras prioridades?

Las infraestructuras resuelven problemas. Sin nuevas carreteras, en Gipuzkoa estábamos abocados al colapso. El puerto exterior es imprescindible para que la bahía de Pasaia se pueda regenerar y para que esa actividad económica no salga de Gipuzkoa. Y la incineradora es imprescindible para el problema de los residuos. Tenemos que resolver todo eso para tener un territorio competitivo. Si no hay riqueza, no se puede repartir.

¿Y los ingresos? ¿No se pueden aumentar de otro modo que con peajes, por ejemplo? Está la opción de la política fiscal...

Los peajes los planteamos una vez que tenemos la red de alta capacidad de Gipuzkoa. Tenemos que encauzar el tráfico de modo adecuado, no podemos caer en el riesgo de que se sigan usando ciertas carreteras como la N-I sólo porque son gratuitas. Sobre la fiscalidad, se tiene que producir un debate. La sostenibilidad de las políticas sociales obliga a reflexionar entre todos.

¿Y cuál sería su propuesta en esa reflexión? ¿Quién tiene que pagar más y quién menos?

El periodo preelectoral y electoral no es el más adecuado para hablar de ello. Además, es un debate que se tiene que dar en el conjunto de la CAV.

¿Qué papel tiene un diputado general en un territorio tan castigado por el enfrentamiento violento como Gipuzkoa?

Puede ayudar a superar las incomunicaciones. Me gané un buen estacazo público por decir que iba a mantener la interlocución con la izquierda abertzale. Y en la medida en que un proceso de paz necesita pasos, hay temas relacionados con las víctimas, con la política penitenciaria... son las cuestiones que generan sufrimiento en la sociedad.

De los 238 presos de EPPK, sólo cuatro están en Martutene. Algo se podrá hacer...

Hasta ahora no hemos entrado en esa cuestión. Sí hemos activado un programa de solidaridad con las víctimas, pero es importante también que, en la me- dida en que el proceso se vaya consolidando y haya propuestas concretas, reivindiquemos sus derechos y los de sus familias.

Con Bildu se facilitará la mayoría abertzale en Gipuzkoa. ¿Es hora de recuperar una ofensiva por el derecho a decidir?

Cuando planteo la colaboración del nacionalismo, miro a medio-largo plazo. A corto, veo una izquierda abertzale muy sumida en su proceso, y es lógico y normal. Encauzar esa apuesta va a requerir tiempo. Iniciar un proceso de paz que supere las injusticias, también. No me voy a adelantar a situaciones. A corto plazo, no lo veo muy viable.

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