MARTíNEZ DE IRUJO 18

OLAIZOLA II 22

Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo consiguieron ayer el imposible de que el Manomanista, ese campeonato con solera que languidecía entre la apatía del público y demasiados partidos con excesiva desigualdad, se reconciliara con la pelota, tras un partido que reunió todos los ingredientes para enganchar al aficionado. En un partido con emoción, calidad, remates, defensa, fuerza y hasta la necesaria tensión y pique de las grandes citas, el mayor temple y la precisión en su gancho de izquierda del de Goizueta le sirvieron para clasificarse para semifinales. Pero, en definitiva, el vencedor fue la pelota.

Porque después de una semana marcada por el estado físico de ambos pelotaris, las dudas que se habían generado y las declaraciones cruzadas tras la elección de material, los dos pelotaris más laureados de la actualidad hablaron sobre la cancha y su discurso convenció a todos, o a casi todos. Si bien es cierto que Martínez de Irujo no tuvo la chispa para romper la solidísima defensa de Olaizola II y que llegó fundido al final, los problemas físicos no fueron obstáculo y ambos pelotaris lo dejaron todo en su empeño.

Como suele ser habitual en todas las luchas individuales, el de ayer en Bilbo resultó un partido jugado a rachas, en el que tener el saque resultaba casi decisivo. Eso sí, Aimar Olaizola tomó la incitativa en el marcador desde el inicio y no la cedió en ningún momento.

Ventaja inicial

Fiel al estilo que demostró ante Merino II, Aimar Olaizola saltó a a la cancha decidido a hacer daño con el saque-remate, el abc del manomanista actual. En una tacada casi plena de acierto, el de Goizueta se colocó 8-1 por delante en el marcador.

Sin embargo, el vigente campeón no estaba por la labor de dejarse llevar y enseguida respondió, colocándose a un solo tanto a base de trabajar la durísima defensa del de Asegarce. Tras la lesión, el de Goizueta se lamentaba de que sus desplazamientos ya no eran tan explosivos, pero ayer desde luego su rendimiento en esta faceta fue más que notable.

Aimar Olaizola recuperó el saque y con él en su mano volvió a abrir un hueco que apreció sacar de sus casillas al de Ibero. Pero en un recurso de genio, de esos alabados y criticados a partes iguales, consiguió meterse en el partido otra vez. Con el pretexto de una molestia en su rodilla, el de Aspe salió de la cancha por la puerta de emergencia del frontis y regresó por la de vestuarios, en el rebote, unos tres minutos después.

La tensión se elevó mucho tras este incidente y el pique entre ambos fue latente en los siguientes tantos. Irujo respondió con una tacada de seis tantos y Aimar le pagó con la misma moneda, retirándose a vestuarios y pararle el ritmo.

A base de tacadas mucho más cortas, el pelotari de Aspe consiguió acercarse a un solo tanto, 18-19, pero el de Ibero acusó la inactividad tras un partido durísimo. En los momentos críticos del partido, Martínez de Irujo estuvo mucho menos lúcido, se vendió en alguna pelota franca al abusar de la dejada y Aimar Olaizola es el último rival al que le puedes hacer la más mínima concesión. Un derechazo, un saque cambiado y un fallo de Irujo en una dejada finiquitaron un gran partido.