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Crónica | Bilbao web Summit

Renovarse o... renovarse, la encrucijada de los medios de comunicación

En este mundo de constante evolución en el que vivimos, unos proclaman que la prensa ha muerto mientras otros jalean «¡viva la prensa!». La cumbre Bilbao Web Summit trató ayer de definir cuál debería ser el rol de los medios en los nuevos hábitos de comunicación.

Ruben PASCUAL

«Quien sobrevive no es ni el más fuerte ni el más inteligente, sino aquel que mejor se adapta al cambio». Ya lo dijo Charles Darwin en 1859. Y no hay más que mirar a nuestro alrededor para constatar que la citada sentencia tiene absoluta vigencia en nuestros días.

Todo ha cambiado. Los coches, la ropa, los estilos de vida... y también, cómo no, la comunicación. En un mundo en el que toda la sociedad tiene a mano -en mayor o menor medida- multitud de herramientas para convertirse en emisor y receptor de información, ¿qué rol deben adquirir los medios de comunicación?

Esa fue la pregunta que trataron de responder Edurne Ormazabal, directora general de EiTB.com; el director de Estrategia de la cadena, Patxi Arratibel; el responsable de los desarrollos digitales de «El País», Gumersindo Lafuente; y el director ejecutivo del diario «The Daily Dot», Thomas Owen. Todos participaron en una conferencia sobre medios de comunicación celebrada en el Palacio Euskalduna de Bilbo, que entre el martes y ayer reunió a más de 200 expertos en la prestigiosa cumbre sobre internet Bilbao Web Summit.

«La industria de los medios vive un momento muy complicado y debemos aprender a sobrevivir en este ecosistema lleno de oportunidades que debe funcionar en torno al rigor, la innovación y la comunidad», señaló en su alocución Lafuente, quien remarcó que, lejos de una tragedia, la llamada crisis de la prensa debe suponer «una oportunidad para recuperar la esencia del oficio».

Actualmente, debido al ingente volumen de información a la que tenemos acceso, el rol de los periodistas se reivindica como la labor de guía, que haga valer la credibilidad acumulada previamente para ayudar al usuario a mantener un espíritu crítico y a interpretar la realidad, sin resignarse a ser simples notarios de la cotidianidad.

Tampoco se pueden obviar las dificultades que esta nueva etapa entraña, sobre todo en lo que a financiación se refiere. En ese sentido, el veterano Lafuente señaló los obstáculos que las grandes empresas tienen para ir adaptándose a los cambios en comparación con las compañías de tamaño inferior. «La lucha del dinosaurio contra la ardilla», lo llamó, en referencia a la agilidad y versatilidad que las más pequeñas demuestran.

Por su parte, Thomas Owen centró su discurso, ameno y atractivo, en la importancia de las comunidades. Aunque tradicionalmente, ese concepto tenía un significado estrictamente físico, ha variado hasta el punto de que hoy una comunidad puede ser «cualquier sitio donde nos reunimos, debatimos...».

Por ello, destacó que una dinámica de trabajo más colaborativa y de enriquecimiento mutuo entre periodistas, podría ayudar a mejorar la calidad de los productos periodísticos.

«No sólo el periodista tiene el poder de difundir la información. Los usuarios también pueden ayudar, de manera que puedan hacer sus aportaciones. Así, la información volverá al periodista más enriquecida», abundó.

A la carta

Los representantes de EiTB, por su lado, llegaron con una intervención monótona, en la que apenas hubo sitio para la teorización, y que estuvo dedicada casi en su totalidad a promocionar la cadena y el servicio de televisión a la carta que ésta tiene previsto poner en marcha el próximo 14 de junio.

La desazón del público se hizo notar en la pantalla a través de la cual se emitían a tiempo real los tweets sobre la conferencia. «Los diez minutos más largos de la historia», «lo de EiTB no ha sido autobombo sino autotimbales. ¡Que egoísmo!», rezaron algunos de los mensajes.

Esta conferencia, finalmente, no será recordada por la envergadura de sus exposiciones ni por sus teorías novedosas.

 

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